Mora pregona, de nuevo, su Fiesta del Olivo

Mario Gómez
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La localidad moracha vivió uno de los momentos más esperados con la proclamación de damas y reinas y el pregón de la LXIV Fiesta del Olivo tras dos años sin celebrarse a causa de la pandemia

El pregón de la LXIV Fiesta del Olivo ha estado cargado de emotividad. Tras el desfile de las ocho damas infantiles y mayores, del brazo de diferentes personalidades, llegó la coronación de las reinas infantil y mayor. Un momento que el Teatro Principal moracho vivió con especial cariño tras dos años esperando volver a celebrar la Fiesta del Olivo.

Tras ello, tuvo lugar el pregón a cargo de José Luis Campo-Cañaveral, moracho y cirujano torácico que pregonó emocionado la sexagésimo cuarta Fiesta del Olivo. Campo-Cañaveral habló como sanitario, pero también como vecino apasionado de su tierra, teniendo un primer recuerdo para todos aquellos que han desempeñado un importante papel durante la pandemia "sin fallar ni un día". Tuvo un especial recuerdo para todos aquellos que perdieron la vida en pandemia y que disfrutan, "allá donde estén de la maravillosa Fiesta del Olivo". Una alocución cargada de guiños a su pueblo y anécdotas sobre vivencias ocurridas en la Fiesta del Olivo durante su vida, así como el trato con los morachos en su día a día como médico. "Gente buena, humilde y trabajadora" dijo Campo-Cañaveral que terminó con un "¡Viva la fiesta del Olivo!", antes de que le impusieran la blusa y el pañuelo tradicional morachos.

Se tuvo también un detalle con Carlos Neila, arquitecto municipal y jurado del concurso de carrozas y que se jubila en 2022, que precedió a la entrega premios certamenes nacionales.

José Luis Campo-Cañaveral de la Cruz fue el encargado de pregonar la 64 edición de la Fiesta del Olivo.José Luis Campo-Cañaveral de la Cruz fue el encargado de pregonar la 64 edición de la Fiesta del Olivo. - Foto: L.T.

Intervino también el alcalde de Martos (Jaén), localidad hermanada con Mora que puso de manifiestó su alegría por estar de nuevo en Mora y disfrutar la Fiesta del Olivo, y agradeció la acogida que desde 1986 los morachos dan a los marteños desde su hermanamiento, recordando el trabajo en el campo de los agricultores poniendo en valor el esfuerzo como valor consolidante del estado del bienestar.

Cerró el acto antes de la salida de la comitiva Emilio Bravo, alcalde de Mora quien comenzó dando la enhorabuena a la reina y damas de la LXIV edición de la Fiesta del Olivo, que fueron elegidas justo antes de estallar la pandemia. Bravo manifestó su orgullo por ellas, así como el homenaje que se ha pretendido hacia los sanitarios en la figura del pregonero, "un moracho que siente la Fiesta del Olivo en su corazón". Tuvo un sentido recuerdo para "familiares y amigos que han quedado en el camino esperando la Fiesta aplazada, porque fueron son y serán parte de ella", dijo.

Agradeció el trabajo de los trabajadores municipales, Corporación municipal y equipo de Gobierno, así como la representación política de diferentes concejales y alcaldes, así como diputados provinciales y regionales.

Recalcó la intensidad del programa de actos, así como la intensidad de los mismos.

Adelantó la importancia y vistosidad del desfile del domingo agradeciendo también a las peñas y asociaciones su gran trabajo, que ha provocado que "Mora sea un hervidero de gente", congratulándose de la buena acogida a los que llegan y apelando al "orgullo moracho" y a la conciencia cívica y convivencia. Terminó reconociendo la dificultad de estos tres años a causa de las inundaciones en las Ferias de septiembre, pandemia, Filomena y ahora "la inflación desbocada", a pesar de lo cual Mora "ha seguido avanzando y prosperando", lo que ha convertido a la localidad en la "envidia de muchos pueblos de la región".