Cipriano reparte hoy un tercio que hace un año

J. Monroy
-

Socorro de los Pobres hace un llamamiento a las grandes empresas y a las administraciones, tras la caída de las donaciones desde el inicio de la guerra de Ucrania

Cipriano reparte hoy un tercio que hace un año

El reparto de este miércoles de la ONG Socorro de los Pobres de Toledo ha consistido en bolsas de cinco kilos de alimentos, con galletas, un kilo de macarrones, un kilo de lentejas, tomate frito y un litro de leche. Si hace un año los voluntarios, con Cipriano González al frente, pedían para estas fechas quizás algo de fruta o pescado en conserva, ahora piden lo más básico, porque desde la guerra de Ucrania primero y sobre todo desde el verano, las donaciones se han reducido, hasta el punto que ahora reparte tan solo un tercio de lo que hacían hace un año.

Sin embargo, el número de necesitados en la cola ha aumentado. Unas ciento cincuenta personas vienen esperando durante las últimas semanas hora y media, incluso bajo la lluvia, para recoger esta ayuda valorada en cinco euros. Y eso que tan solo pueden acudir una vez al mes, porque la ONG les toma el DNI o pasaporte para comprobarlo. De no ser así, la cola del hambre sería mucho mayor. Hasta Cipriano acuden personas remitidas por los servicios sociales de algunas localidades, Cáritas, Cruz Roja o parroquias, gente que va buscando la comida donde puede. En los últimos meses se han unido muchas personas procedentes de Ucrania, pero también otras que pueden tener una pensión y no llegan a fin de mes, porque la hipoteca se lleva todo el dinero.

Personas como Elena. Ella en Ucrania era profesora universitaria de Economía. En España, mientras aprende castellano -la verdad es que lo domina bastante, pero ella cree que no lo suficiente- tan solo está encontrando trabajo para limpiar alguna casa. Aunque le gustaría trabajar como administrativa en alguna empresa, ya de lo de la universidad se olvida. Este miércoles ha sido la segunda vez que Elena ha acudido al Socorro de los Pobres ya en dos ocasiones. Llegó a España en marzo con su madre y su hija, entonces con dos años. Y aunque le han dado alojamiento, desayuno, comida y cena, su pequeña tiene otras necesidades, «y no tenemos nada, tuvimos que datar todo en Ucrania y mi niña necesita galletas y bocadillos para el colegio, así que agradezco con todo mi corazón esta ayuda».

Cipriano reparte hoy un tercio que hace un añoCipriano reparte hoy un tercio que hace un añoRhayder González lleva dos meses en España procedente de Venezuela. Le gustaría trabajar, pero sabe que los papeles le van a tardar año y ocho meses. De forma que hasta entonces están buscando comida donde pueden. Cáritas les dio comida y ahora «la primera impresión que tengo del Socorro de los Pobres es que es una entrega bastante organizada, con personas bastante atentas». Rhayder es consciente de que hay situaciones precarias que dificultan acceder a la comida «y estas organizaciones ayudan bastante a las personas que realmente lo necesitan».

Grito desesperado. Ante esta situación, los voluntarios del Socorro de los Pobre, como Reyes Calvo, vuelven a pedir a las grandes empresas toledanas, «o a aquellas empresas con productos con fecha de caducidad próxima o con productos mal etiquetados o embolsados, que no se destruyan esos alimentos, que estamos aquí, que se acuerden de nosotros», «porque los almacenes los tenemos totalmente vacíos». Socorro de los Pobres vive sobre todo de donaciones particulares, amén de algunas empresas, como De la Viuda o Tello, y son las donaciones particulares las que se han hundido.

Reyes quiere dejar claro que si una persona está hora y media bajo la lluvia para lograr cinco euros en comida es porque lo necesita y muchas veces son otras entidades las que les remiten allí a los necesitados. Mientras tanto, ellos tratan de ir estirando «lo poquito que tenemos» para llegar al máximo de familias».

Cipriano reparte hoy un tercio que hace un año
Cipriano reparte hoy un tercio que hace un año - Foto: Yolanda Lancha
Mientras tanto, los voluntarios vuelven a agradecer a la sociedad toledana toda la ayuda que pueda, como el cocido solidario que se organizará próximamente en Cabañas. «Pero también necesitamos el apoyo solidario de instituciones, de grandes empresas, porque somos los abandonados de los servicios sociales». La situación es tal que ni siquiera se arreglan las instalaciones de la ONG.