Pedro Luis pide paso en el Alfarero de Plata

Mario Gómez / VILLASECA
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La segunda del Alfarero de Plata dejó la firmeza del peruano, y el esfuerzo de Samuel Navalón y Alberto Donaire. Se lidiaron animales de Los Candiles y La Olivilla de juego variado

El peruano pasea un trofeo a base de entrega y deja ganas de verlo. - Foto: M. Gómez

Cuando un toro no embiste, ha de hacerlo el torero. Si el animal se agarra al piso, toca tragar y pasar a pitón contrario. Si no repite, de uno en uno. Esa fue la receta del peruano Pedro Luis, que arrancó una oreja al que cerró el festejo, a pesar de que se dañó los cuartos traseros en el inicio de faena.

Gonzalo Capdevila abrió la tarde ante un extraordinario novillo de Los Candiles. 'Andaluz' fue un extraordinario animal, sobre todo por el izquierdo, que aunó bondad, nobleza y transmisión, para una faena en la que el novillero del Puerto de Santa María declaró sus intenciones desde el saludo con una larga cambiada y un farol de rodillas. Con la muleta alternó ambos pitones con solvencia a pesar de no exprimir el gran izquierdo. Actitud y ganas las que mostró Capdevila que le valieron una oreja tras una sensacional estocada, tras haber sido feamente volteado hasta en dos ocasiones.

El segundo fue del hierro de La Olivilla. Un precioso ensabanado, con volumen, que tenía un gran pitón derecho y que se colaba por el izquierdo. César 'El Quitos' se afanó en torear por el izquierdo y sufrió una aparatosa voltereta tras lo que alternó pitones. No terminó de aprovechar las bondades que el eral le ofrecía, y la faena no despegó. Mató a la segunda y dio una vuelta al ruedo.

Ignacio Boné sorteó al bravo tercero de La Olivilla. Un animal pronto y con transmisión que arrolló al novillero durante el brindis y le abrió la taleguilla. Luego Boné le corrió la mano al natural firmando lo más destacado de la actuación. Faltó rotundidad y, a pesar de que la espada viajó certera y entera, recibió una ovación, del mismo modo que el público tributó una ovación al novillo.

'Comisario' salió encampanado y no terminó de descolgar. Áspero y complicado, tuvo la suerte de tocar a Samuel Navalón. Novillero rodado que supo instrumentar una faena de mérito callado pero de concepto macizo. No fue la más lucida ni la más jaleada, pero la labor del novillero quedó marcada por el ofició y el conocimiento que expuso. No en vano, fue un conjunto rotundo solo malogrado por la espada, y todo quedó en ovación.

Alejandro Donaire hizo una gran faena ante un complicado animal de La Olivilla. Donaire se mostró muy muy firme ante un animal que empezó descompuesto y, sin terminar de cambiar su signo, acabó sucumbiendo a la faena del valenciano. Donaire se afanó y lo logró y de no haber sido porque la espada viajó baja, habría tocado pelo y quedó todo en vuelta al ruedo de peso.

Pedro Luis sorteó un bonito castaño en el cierre del festejo. No le importó al peruano que al animal le faltase empuje, empujó él. Se vació el novillero de uno en uno, pasando siempre a pitón contrario en una faena a más, en la que hubo cosas muy importantes de mitad de faena en adelante. Se apretó Pedro Luis y dejó pasajes de toreo muy profundo y de muchos quilates ante un animal que no correspondió la entrega. Le sirvió no obstante para poner de su mano a los tendidos y lo rubricó con un estocadón que dio pronto con Chorlito en el suelo. Se le pidió la oreja con insistencia, y se erigió como triunfador del festejo. Deja ganas de verlo más.

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