«Se habla de Lorca como gran poeta, pero sigue en la zanja»

M.G
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El actor malagueño se sube al escenario del Teatro de Rojas junto a María Ádanez en una nueva versión de 'Ay Carmela' de José Carlos Plaza. Pepón Nieto desentraña a su personaje Paulino y se pronuncia sobre la necesidad de hacer memoria

El actor malagueño Pepón Nieto - Foto: Yolanda Lancha

Pepón Nieto sigue muy atento los últimos preparativos de 'Ay Carmela', este gran clásico contemporáneo que esta vez lleva a las tablas José Carlos Plaza. La había visto en varias ocasiones y versiones, pero nunca se había planteado encarnar a Paulino, un personaje complejo, «siempre a flor de piel», un gran compañero para María Adánez, una buena amiga que se empeñó hace meses en rescatar a Carmela y devolver el magistral texto de Sinisterra al teatro, quizá con más actualidad que nunca. Y allí estaba Pepón, dispuesto porque a María Adánez no sabe decirle que no. «Si me dice que me tire por la ventana, me tiro», asegura sonriendo y mirando con admiración a su compañera.

Ya solo con las tres banderas (la de la Alemania nazi, la franquista y la italiana) desplegadas en el escenario en un momento de la obra es para echarse a temblar, ¿no?

Claro que sí. Marca una época y es lo que es, el terror, por supuesto.

'Ay Carmela' ya es un clásico a pesar de ser un texto contemporáneo. Y es de esas obras que te tocan las tripas, como has dicho en más de una ocasión.

Es muy emocionante y es una función que tiene mucha emoción de los personajes. También tiene mucho terror de una realidad y de una España que muchos no querríamos que se volviera a repetir, desde luego, aunque hay gente que todavía cree que está bien... Por eso, creo que la función es muy oportuna.

¿Esperas que al espectador también le remueva la obra en estos momentos?

Es imposible que no te remueva porque estamos  hablando de una realidad muy dura y Sanchís Sinisterra la disfraza de una comedia, con unos personajes que tienen a priori mucha empatía con el público, pero es imposible no conmoverte y removerte.

¿Qué destacarías de tu personaje Paulino?

Es un personaje que tiene muchas capas y hemos trabajado muchas cosas. Es un tipo culto que le ha tocado vivir una historia y una época terrible. Tiene concepto del arte y de la cultura, pero a la vez es un superviviente y necesita sobrevivir a la situación que le ha tocado. Es muy duro venderse y termina haciéndolo porque hay que comer. También es un personaje que tiene mucha culpa y se siente así. 

En cambio, Carmela es una valiente de forma natural, con un gran concepto de la justicia, muy naif, pero no muy intelectualizado porque ella no es intelectual, es imperfecta, muy natural y tiene un concepto de la justicia tan arraigado que por eso le pasa lo que le pasa.

Paulino es un personaje complicado, según cuentas. ¿Cuál ha sido el reto que te pusiste desde el principio?

Pasar de la emoción más terrible y más dura donde el personaje está muy conmovido a la comedia más absoluta. La función fluctúa mucho  y eso es quizá el mayor reto.

Imagino que habrás visto todas o varias versiones de 'Ay Carmela', ¿no?

Claro. He visto algunas versiones en teatro, con Verónica Forqué y José Luis Gómez, también con Verónica Forqué y Manuel Galiana;con Kiti Manver y Manuel Galiana;luego con Verónica Forqué y Santiago Ramos... He visto la función bastante, se ha representado mucho. Todavía hay una de ellas con Paula Iwasaki que está funcionando. 'Ay, Carmela se representa continuamente y es un clásico contemporáneo. 

Lo más complicado es no caer en lo que has visto e intentar llevarte la obra a tu verdad y tu emoción. En ese sentido, Plaza tenía muy claro que había que ir a la verdad y a la emoción de los personajes. Un verdad dura y eso está en una función en la que hemos trabajado mucho.

¿Qué se aprende al lado de José Carlos Plaza?

Para mí es como estar en casa. No había trabajado con él, pero vengo de la misma escuela, del Laboratorio de Layton, y he entendido perfectamente todo lo que me ha pedido. Es muy sencillo entender lo que quería y esperaba del personaje y dónde ha querido llevarme. Ha sido un trabajo muy gratificante y yo volvería a trabajar con él todas las veces que hiciera falta.

Hay  una frase demoledora en la obra, cuando Carmela grita:'¿Es que no tenéis entrañas, no podíais habernos matado como Dios manda?'

Cuando estás acostumbrado a la muerte, cuando llevas casi dos años de guerra, fusilar a la gente y tirarla a la zanja es lo normal, lo que vives cada día. Imagino que el pellejo se te hace duro, el terror también se te hace callo, como está ocurriendo ahora mismo en Ucrania. Hay gente que sale a por agua desde su casa, hay un cadáver en la acera, pasan por su lado y alguien vendrá a recogerlo. En la guerra la muerte forma parte de lo cotidiano y eso es terrible porque se ve como algo natural. Eso que dice Carmela es terrible cuando algo tan horrible y tan lejano se convierte en algo cotidiano.

¿El texto de Sinisterra cobra un significado especial ahora con las tensiones políticas, la guerra de Ucrania, el crecimiento de los odios...?

Sí. Y el autor también cuenta lo que no hay que olvidar, que esto ha ocurrido y puede volver a ocurrir. Que Carmela se aparece una vez muerta y se va a estar apareciendo siempre porque el fantasma de la guerra y de esa época terrible puede volver continuamente, con lo que hay que estar alerta y no olvidar. 

Hay que hacer memoria. Ahora la memoria histórica es un concepto institucional, se habla, hay una ley, pero cuando Sanchís escribió la función el concepto no existía, pero ya hablaba de no olvidar, de que cuando pasa el tiempo y nos llenamos la tripa y nos ponemos corbata se nos olvida lo que pasó y somos capaces de olvidarnos de lo malo. Siempre debemos recordar lo que no debe volver a ocurrir para no volver a repetirlo.

¿Hará memoria la recién aprobada Ley de Memoria Democrática?

Espero que ayude a que la gente tenga descanso. En este país a mucha gente se le llena la boca con que Lorca es el gran poeta español, pero sigue en una zanja y luego se jactan de no haberse gastado un euro en los presupuestado en Memoria Histórica. Es una maravilla Lorca, pero no lo busca nadie. Así andamos, así que es necesario e imprescindible que a los muertos los enterremos y que la gente viva en paz.

Esta tarde es el estreno nacional de 'Ay Carmela', en el Teatro de Rojas.  ¿Cómo lo estás viviendo?

Con muchos nervios. Estoy muy nervioso. Queda muy poco para estrenar y esta semana está siendo muy dura. Me meto en la cama y no duermo, me viene el texto todo el rato a la cabeza.

¿Y esos cinco minutos antes de levantar el telón?

Esos cinco minutos serán terribles, seguro. Intentaré estar concentrado y pensar en lo que tengo que hacer. Poco más, tampoco hago grandes cosas antes, únicamente estar lo más concentrado posible.