Durante el reinado de Felipe II, cuando en el Imperio Español, no se ponía el Sol, la guerra de Flandes (territorio que abarcaba la actual Holanda, Bélgica y parte de Francia y Alemania) agotaba las arcas del Reino. Fueron décadas de conflicto en las que, por motivos de religión y de dominio del territorio, España gastaba lo indecible en mantener un ejército que hiciera frente a los Orangistas y demás personajes. Como Francia apoyaba a los rebeldes, la única forma de mandar refuerzos desde la Península era por mar hasta Italia, y desde allí, por el llamado Camino Español, llegar a Flandes. El costo que esto suponía, más la soldada que había que pagar a los componentes de los famosos tercios, hacía que el costo de 'poner una pica en Flandes' fuera importante y de aquí, el que el citado dicho se asocie con iniciativas costosas y de no muy acertado retorno de la inversión necesaria para ello. Si a esto se le añade que ingleses y holandeses supieron hacer una campaña inteligente y acertada para generar la Leyenda Negra, hasta el extremo que los principales propagadores de la misma, aún hoy en día, suelen ser muchos españoles, podemos asegurar que el coste económico y reputacional que supuso 'poner una pica en Flandes' ha sido muy superior a cualquier presupuesto previo. Ejemplos hay muchos.
La Inquisición Española ha pasado a la Historia como la más sanguinaria, cuando, por datos cuantitativos y cualitativos, está muy por debajo de lo que supuso el ataque del Rey de Francia a los Albigenses, o los juicios de Ginebra y otros puntos de Europa central contra disidentes de todo tipo. O la estigmatización de España por la expulsión de los judíos que, sin tener disculpa por ello, supuso estar a la cola de las expulsiones que en otros reinos de Europa se habían llevado a cabo.
Vaya faena nos hizo Carlos I con imponerse a su hermano Fernando (el preferido por su abuelo Fernando) por razones de primogenitura en ser coronado Rey de Castilla y Aragón. Cómo podría haber cambiado la Historia si en lugar de Carlos, hubiera sido coronado su hermano y nos hubiéramos ahorrado tener que aguantar a la familia De Croy mandando en Castilla y Aragón. A lo mejor, hoy en día, eran las empresas holandesas las que traerían su sede a Madrid en lugar de ser las españolas las que se plantean irse a Ámsterdam, siguiendo el ejemplo de lo que hizo Jaume Roures hace más de 20 años.