Tragsa arregla los 14 kilómetros de caminos de Las Barrancas

J.M.
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La empresa pública comienza la intervención en Burujón financiada por la Diputación, que durará dos semanas. Incluirá la creación de una zona con merenderos para los visitantes

Tragsa arregla los 14 kilómetros de caminos de Las Barrancas

La empresa pública Tragsa comenzó el lunes el arreglo de los 14 kilómetros de caminos de Las Barrancas de Burujón, una intervención financiada por la Diputación Provincial como parte del plan de sostenibilidad turística. Las máquinas invadirán los accesos durante las dos próximas semanas, según ha informado el Ayuntamiento. El alcalde, Juan José Torres, aclaró a este diario que los visitantes pueden acudir con normalidad al paraje natural. Precisamente, entre el sábado y el lunes pasado, el Consistorio contabilizó más de 1.000 coches, con el añadido del festivo madrileño del 20 de marzo.

La actuación consistirá en el ensanche y marcado de cunetas, levantamiento del actual firme del camino con subsolado, aportación de zahorra y nivelado y arrulado. Además,  las obras arreglarán los accesos a la carretera de La Puebla y a la carretera de Alcubillete.

Tragsa habilitará una zona verde muy demandada por el Ayuntamiento de Burujón en la zona de la antigua depuradora. Como ya informó este diario, será un área de esparcimiento donde se ubicarán mesas de merenderos y donde se plantarán árboles una vez desbrozado el zarzal.

El presupuesto total alcanza los 230.000 euros. «Esperamos que con estas obras y con las actuaciones que se están haciendo en Las Barrancas y las que quedan por hacer, sepamos entre todos poner en valor este monumento natural tan querido para el pueblo de Burujón», subraya el Ayuntamiento.

pagar por aparcar. «Es un acierto total», recalcó el alcalde sobre la reciente decisión del Ayuntamiento de habilitar un aparcamiento y cobrar cinco euros por vehículo durante los fines de semana y festivos (el pasado lunes también por la fiesta madrileña). De esta manera, las inmediaciones de Las Barrancas están despejadas de vehículos, estacionados a unos 500 metros de distancia. «Es una bendición», subraya el alcalde que le comparten los visitantes por la liberación de tantos coches  en una zona donde ahora puede pasear uno sin ruidos.