Diego Ventura impone su ley en el Milagro

Mario Gómez / ILLESCAS
-

El rejoneador sevillano cortó dos rabos y sigue marcando el tiempo del toreo a caballo. Guillermo Hermoso mostró maneras y buena cuadra y Rui Fernandes hizo una gran faena a su primero

Ventura cortó cuatro orejas y dos rabos. - Foto: Ana Madruga

mario gómez / illescas

Cuenta la leyenda que a Rodrigo Díaz de Vivar, aún estando herido de muerte o muerto, según otras versiones, el mero hecho de verlo a lomos de Babieca, hacía retroceder al enemigo. 

Algo así pasa con Diego Ventura, que a pesar de estar mermado del hombro, y con el peroné fisurado, está a años luz del resto.

El clamor por ver a Diego Ventura se respiraba desde mucho antes que comenzase el paseíllo. Las inmediaciones estaban llenas de aficionados al rejoneo, y al mundo del caballo para ver al centauro de La Puebla. Ventura irrumpió en el ruedo para estoquear al primero de su lote, y como no podía ser de otro modo la ovación fue atronadora. Luego se encargó de corresponderla como mejor sabe: toreando, y muy bien a caballo. Compañeros de viaje como Fabuloso lo hicieron más fácil. Batidas con el toro cosido a la grupa, y pasadas dejando cortas a dos manos, que alternó con guiar incluso a su oponente sin cabezada. Es sin duda uno de los más grandes rejoneadores de la historia, y su talento solo es comparable con su expresiva personalidad e impacto en la plaza. Todo ello, unido a un impresionante fondo de cuadra, le valió para que la cubierta se volcase con él, y  obtener así un rabo.

La locura se genera Diego Ventura en los tendidos se prodigó durante su faena en el quinto. Ahí, Ventura armó un taco y mostró todo su fondo de armario a lomos de caballos clásicos en su cuadra como Campiña, Nazarí, Lío o Guadiana. Hizo todo lo que creyó conveniente, y lo que se le pasó por la inspiración, y fue capaz de materializarlo ante un gran toro que fue premiado con la vuelta al ruedo. Ventura es prácticamente de otro planeta y a caballo no hay nadie que se le aproxime ahora mismo. Cortó también el rabo a este toro, y logró el pleno de trofeos en su vuelta a Illescas donde es un fijo y la afición le espera.

La sangre de Pablo Hermoso de Mendoza ha encontrado en su hijo Guillermo un digno heredero. Un rejoneador que a pesar de estar empezando cuenta con la suerte de tener un gran maestro y una cuadra de categoría. Caballos que el navarro comenzó a poner en las plazas y que en el mejor momento de sus carreras sirven para que el nuevo rejoneador haga faenas de muy alto calado. En el toro de su presentación en Illescas, fue una faena en la que Berlín fue su máximo exponente con batidas y quiebros por los adentros. Hermoso de Mendoza realizó una gran faena que fue premiada con un doble trofeo a pesar de la demora en caer.

Guillermo Hermoso de Mendoza cortó un apéndice del que cerró el festejo. El rejoneador de dinastía logró una faena esforzada ante un animal que le brindó las opciones necesarias para continuar demostrando que es un torero a fuego lento, que va a dar muchas tardes de gloria al rejoneo. Comienza a dominar el tercio de banderillas, y le sale la gran parte de las cosas que intenta, por lo que de haber tenido un más acertado manejo el rejón de muerte, hubiera sido mayor el triunfo.

Rui Fernandes hizo una de las faenas más rotundas que se le recuerdan nunca. El portugués se mostró inspirado con el animal que abrió plaza, hasta el punto de cuajarlo en todos los tercios. Cabalgó con el primero de la tarde cosido a la grupa dejando grandes momentos con los que los asistentes disfrutaron del toreo elegante de Rui. Anduvo muy variado en las clavadas y dejó un rejón de muerte muy certero tras dos rosas cortas, lo que le valió un doble trofeo que paseó entre el clamor de la gente.

Rui Fernandes continuó su obra en el cuarto ante un animal que realizó una labor es forzada y en la que hubo de descabellar. El luso mostró su fondo de cuadra y cualidades de monta pero el mal manejo de los aceros impidió sumar algún trofeo.