'Los Candiles' marcan a fuego

Mario Gómez / MENASALBAS
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La ganadería de lidia menasalbeña herró a los animales de las futuras temporadas que han de perpetuar en los ruedos los éxitos cosechados hasta el momento

El hierro de ‘Los Candiles’ continuará perpetuando la sangre brava en el campo español. - Foto: M. Gómez

Es una de las tareas más significativas del campo bravo. Es el bautismo de fuego de cada uno de los animales. Es el momento en el que el ganadero les confía su hierro, su marca, y asume su destino y sus desvelos ya no serán por sus vidas, sino por el fruto de sus embestidas en la plaza.

Es uno de los rituales de la tauromaquia, solamente comparable con ritos como el bautismo en la religión católica o el Bar Mitzvah en el judaísmo. Un antes y un después en la vida del ganado y de la ganadería. Es la bienvenida a la vida 'adulta'; es el comienzo de una etapa apasionante, en la que los cuidados se intensifican y en la que cada ganadero va encauzando a las reses para ir definiendo sus destinos. 

Es algo que es común a todas las vacadas, sean cientos las madres que tengan sus cercados o simplemente algunas decenas de ellas. El día del herradero se vive como una fiesta en la ganadería, en el que los más veteranos calientan los hierros, mientras que los que se acercan a este mundo por primera vez, quedan impávidos por todos los detalles que componen a la tarea.

Llama soberanamente la atención poder vivir esta tarea en un paraje casi idílico, en el corazón de los Montes de Toledo, en una localidad como Menasalbas, donde hay censadas 80.000 cabezas de vacuno manso y destaca un reducto de bravura.

En la ganadería de 'Los Candiles' se vive de forma muy especial. Son pocas las cabezas que componen esta ganadería de bravo creada justo antes de la pandemia, y en la que la ilusión de su ganadero, Francisco Camino, ha servido de sostén para mantener el hierro a flote.

Por eso se vive con alegría la jornada de herradero, donde amigos y conocidos se dan cita para esta tarea donde el ganadero, aconsejado por gente del toro de ganaderías amigas, lleva la voz cantante. Junto a él, su pareja y sus hijos van marcando a fuego los animales con el hierro de sus iniciales.

Desde que en 2018 la ganadería celebrase su primer herradero, Francisco Camino ha ido cuidando su vacada para poder disfrutar poco a poco. De este modo, los animales que lucirán las divisas blanquinegras, van uno a uno recibiendo el número que les acompañará el resto de sus vidas.

Entre humo, hierros, fuego, risas y alegrías, van pasando todos por el cajón de herrar, bajo la atenta mirada de animales de camadas anteriores que aguardan en sus respectivos cercados.

Pese a que la vida de esta ganadería aún es breve, el mimo de sus ganaderos, y la extraordinaria procedencia con la que cuenta, puro Conde de Mayalde, le han permitido debutar con grandes éxitos. 

Quizá una de las pruebas de máxima responsabilidad fue la de su debut en público. Durante las fiestas de Menasalbas de 2019 'Los Candiles' lidiaron un festival el en que triunfaron Sánchez Vara y Uceda Leal, pero su éxito más sonado fue en el pasado Alfarero de Plata de Villaseca de la Sagra.

Allí, en uno de los certámenes para novilleros sin picadores más importantes que existen, el novillo 'Estafador', marcado con el número 3, recibió el título póstumo de la vuelta al ruedo, que a la postre valió a Camino para recoger el premio a la mejor novillada del ciclo.

Es por ello que Francisco Camino se ilusiona con sus nuevos frutos, que marcados con el guarismo del 2, saltarán en años sucesivos a los ruedos; pero sin perder de vista los tres que ya están reseñados para el Alfarero de Plata 2023, y en los que asegura tener mucha confianza.