«Hay mujeres que luchan un día y son buenas. Hay otras que luchan un año y son mejores. Hay quiénes luchan muchos años y son muy buenas. Pero las hay que luchan toda la vida: esas son las imprescindibles». Esta frase de Bertolt Brecht sirvió de inspiración para las autoras de 'Mujeres que se ríen (de todo)', la obra que se ha proclamado ganadora de la XIX edición del certamen Princesa Galiana.

La obra, que encarna una visión femenina de la sociedad, ha sido escrita por Gilda Jaén a cuatro manos. Esto se explica en relación a que este nombre femenino es un pseudónimo utilizado por dos mujeres, Esther Ruiz Gallego y Micaela Gómez Colón.

Ambas han recibido el galardón en la Sala Capitular del Ayuntamiento de la mano de Milagros Tolón y Ana Abellán, concejala de Igualdad. La regidora toledana describió a 'Mujeres que se ríen (de todo)' como «una obra fresca que aborda penas, familias, frustraciones, aciertos o éxitos, es decir, que aborda la vida, desde la vision de la mujer». Por ello, Tolón destaca la necesidad de la existencia de estos premios porque su objetivo principal es «visibilizar el talento femenino».

La alcaldesa reconoció el premio Princesa Galiana a Esther Ruiz y Micaela Gómez.Tras la alcaldesa, tomaron la palabra las propias protagonistas de la cita. En primer lugar, Esther Ruiz reconoció que le pilló por sorpresa haber ganado el concurso, destacó que este libro ha sido «una aventura maravillosa, un proceso que he disfrutado, cargado de ilusión y trabajo», y añadió con la cita de Bertolt Brecht que inicia este texto que el mensaje de esta obra es «que las mujeres no dejemos de ser imprecindibles, que no dejemos de luchar».

Por su parte, Micaela Gómez se llevó el aplauso de la Sala Capitular al emocionarse al recordar a sus padres en los agradecimientos. Tras ese gesto, la autora animó a leer su novela «sin miedo a nada», a la vez que agradeció «de una manera gigantesca» la labor de todas las mujeres que la precedieron en el tiempo, «poque gracias a ellas hemos podido escribir un libro con nombre de mujer» a lo que terminó recordando los tiempos anteriores en los que una mujer para escribir un libro tenía que hacerlo bajo el pseudónimo de un hombre.

Emotivas también fueron las palabras de Micaela para Esther, dado que se refirió a esta como «mi paracaídas, mi chaleco antibalas en esta locura y la que me ha empujado hasta el borde del principio para hacerme saber que tengo alas». Una identidad femenina que ha echado a volar gracias a los premios Princesa Galiana.