Cincuenta años no se cumplen todos los días. Y más importancia aún tiene si no se trata de una persona, sino de un organismo que vela por la educación de los jóvenes de gran parte de la provincia toledana. Es el caso del Instituto de Educación Secundaria Universidad Laboral que, esta tarde en el Teatro de Rojas, ha celebrado institucionalmente este aniversario.
Alumnos, profesores e, incluso, toledanos que no han pertenecido a la familia de la «Uni», como siempre se ha conocido, vinculan a este centro con un símbolo artístico que guarda en su interior. Concretamente, en su cafetería. Se trata del Mural del Anillo, una pieza de cerámica colorista creada en los años setenta por la pareja francesa Suzanne Grange y Raymond Edanz. Pues bien, como símbolo e identidad del centro que es, la organización pensó en uno de los arlequines que forman parte de la obra de arte para reencarnar a la Universidad Laboral en una persona. Bajo una vestimenta muy similar a la del mural que caracteriza y con un tono jocoso y alegre, el arlequín que cumplía 50 años ha dirigido el orden de las intervenciones en el acto, o como él mismo dijo, su lista de invitados.
En primer lugar, solo detrás de una actuación musical a voz, violines y violonchelo, ha comparecido la alcaldesa de Toledo Milagros Tolón. La regidora ha elogiado a los representantes del centro por contribuir a «construir ciudad, cultura, solidaridad y tolerancia» y les ha animado a seguir reivindicando sus derechos para defender una educación pública y de calidad.
Medio siglo de emociones en la Universidad LaboralTras Milagros Tolón, subieron al escenario otros invitados como los profesores Fernando Cirujano o Agustín Chozas, el antiguo alumno y residente Ángel Santiago o el ex consejero de Educación, Ángel Felpeto, que ha leído unos palabras en nombre de Manuel Gutiérrez Bravo, primer director de la IES Universidad Laboral. El que también fuera concejal del Ayuntamiento de Toledo puso voz al discurso del antiguo dirigente ante la imposibilidad de desplazarse este desde Villanueva de la Peña, localidad de Cantabria, a sus 95 años de edad.
Las emociones erigieron la piel de gallina de los asistentes cuando el escenario otorgó el protagonismo a Blanca Samper y a su piano, ex alumna e hija de un profesor del centro educativo, que celebró este aniversario tocando 'Las Campanas de Ginebra' de Franz Liszt.