Adiós al patriarca del cante jareño

J.M.
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El octogenario José Abad, conocido como Pepe 'Terrones', ha fallecido después de actuar durante más de dos décadas como abanderado del folclore de la comarca

Adiós al patriarca del cante jareño

Pepe 'Terrones' se abotonó la camisa blanca, se puso el chaleco y se calzó el sombrero. Como tantas veces. Era 28 de enero. El último. En Aldeanueva de Barbarroya. Y cantó como cantaba, con ese estilo viejo aprendido en los años 50 cuando La Estrella rebosaba población.

Así se despidió de los escenarios José Abad, el último eslabón del cante tradicional de La Jara. Murió el día 9 a los 84 años en el Hospital Nuestra Señora del Prado. «Ya nos quita la muerte a nuestro amigo/ya se llevó la voz que nos guiaba», escribió maquillada de lágrimas Esther, una integrante de la Ronda Poyo Largo de La Estrella. Allí ejercía como vigía desde su fundación en 1998 Pepe 'Terrones', ese hombretón que descargaba su munición de cantares en cada actuación.

Esther enjugaba las lágrimas porque conoció a Don José -como corregía él cuando bromeaba- desde niña. Pepe''Terrones' se mudó a Madrid como tantos, pero siempre regresaba al pueblo. Salía de ronda con los amigos a cantar por las calles y a divertirse. Que si la canción del carcelero, que si la del puente de Talavera, que si la de las muchachas de Madrid, que si la de las higueras de Kiko. «Tenía esa forma de cantar antigua. No queda nadie como él en el pueblo. Y tenía muy buena voz», describe Esther Gutiérrez, atascada todavía por la conmoción del fallecimiento.

Porque Pepe 'Terrones' actuó pletórico en enero en Aldeanueva de Barbarroya, un pueblo vecino de La Estrella que celebraba la Virgen de la Paz. «Era el alma de la ronda. La gente se quedaba con la boca abierta cuando íbamos a otros sitios», rememora Esther. Incluso avezados músicos folclóricos como los integrantes de 'Vigüela' se fascinaban con su cantar.

El repertorio de Pepe era abundantísimo. Se sabía cientos de letras, y a cada rondeña o jota le daba la entonación adecuada. Quizá el amor por su pueblo, a donde regresó ya para siempre tras la jubilación, transfería ese trasunto del cantar antiguo que acompañaba también con las tejoletas, un instrumento a modo de castañuelas que manejaba en los recitales.

«Sois muchos los que, de una manera o de otra, habéis estado presentes hasta la última canción y nos ha emocionado enormemente», dedicaba la familia de José Abad a sus paisanos de La Estrella. «Le encantaba el pueblo y no quería ni ir al médico a Talavera», apostilla Esther sobre el vínculo afectivo de Pepe con La Estrella, probablemente la localidad más castigada por la despoblación en la comarca de La Jara. Entre 1986 y 2015, perdió el 67 por ciento de habitantes.

El fallecimiento ha consternado al pueblo donde Pepe se recreaba en el huerto. Quizá en esos ratos aprovechaba para repasar en su cabeza las coplas y estribillos que descargaba en cada canción. Tenía sus favoritas y las frecuentaba en cada escenario. 'Ya conoce las estrellas', decía una de ellas.

Paco, Francisco Javier o la propia Esther, y el resto, seguirán alentando la Ronda Poyo Largo, un baluarte contra el arrumbamiento de las tradiciones. «Y sonará su despedida, esa que dice a los amigos que quiere, y como ya conoce las estrellas, bajará a rondar de noche en su Estrella de la Jara, con su Ronda, su guitarra y sus amigos», remata el poema de Esther, la despedida emocionantísima al patriarca del folclore jareño.