Alertan del peligro de inundación en la zona comercial

J. Monroy
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Las canalizaciones para el desagüe en caso de lluvias están casi taponadas. También están tapadas las canalizaciones bajo los caminos en la Fuente del Moro.

El desagüe, totalmente tupido.

La suerte, se muestra convencido, es que el grueso de la tormenta del pasado martes cayó en Illescas, y no en el Polígono. Porque podría haber sido un desastre, con el agua saltándose la carretera e invadiendo Luz del Tajo o Fusión, hasta llegar de nuevo a la To-23, habida cuenta del estado de las canalizaciones para desaguar las lluvias en la zona comercial del Polígono, entre ambos centros comerciales, junto al hospital Universitario, así como en la vecina Fuente del Moro.

Ya en el Consejo de Participación del Polígono del pasado mes de febrero, el vecino Víctor Villén alertó de la situación y aportó fotografías: los dos desagües en la calle Río Guadiana, entre ambos centros comerciales y entre Luz del Tajo y el hospital estaban taponados por tierra por completo, apenas quedaban unos dedos de paso. También se lo explicó de forma personal a la presidenta del Consejo, Ana Abellán, y  le ha remitido más fotografías a su teléfono personal. También hay denuncias en el mismo sentido de otros vecinos, como José Manuel Duarte.

Recientemente, el Ayuntamiento ha informado de una reciente limpieza de imbornales en la ciudad. Sin embargo, se lamenta el vecino, en todo este tiempo el Consistorio tan solo desatascó el paso cercano al hospital, aunque dejó allí la tierra, pero no ha hecho nada en el otro «y está todo peor». Las últimas lluvias han arrastrado todavía más arena que tapona los desagües y también ha crecido hierba, que aunque está seca, también tapona.

Las últimas lluvias han arrastrado todavía más arena que tapona los desagües.Las últimas lluvias han arrastrado todavía más arena que tapona los desagües.En situación similar o peor están los pasos para el agua bajo los caminos de toda la Fuente del Moro. Hará una década, recuerda Villén, se que hizo una entresaca en el parque periurbano, se limpiaron caminos y cunetas y se dotó a los caminos de pasos de agua por debajo. Sin embargo, todos se han cegado, con lo que «hay caminos que tienen cárcavas de ochenta centímetros de profundidad». El agua se va llevando, poco a poco, la tierra, hacia los pasos de la zona urbana.

A este problema, Villén une la situación de la parcela M-1-1, de propiedad municipal, situada junto  a Luz del Tajo.  Al no tener desagüe alguno en este caso, el agua se acumula allí cuando llueve, hasta que se evapora.

Villén espera que el Ayuntamiento haga un saneamiento adecuado en todos estos desagües, aunque a la postre recuerda que «la poca obra que se hizo entre el Polígono y Toledo fue como consecuencia de la DANA. «Igual hay que llevar las cosas al extremo para que después se haga algo; cuando llegue el agua a la carretera, ya habrá que arreglarlo», se lamenta, «máxime cuando ya se le ha dicho al Ayuntamiento por activa y por pasiva, al margen de que debería tener ya sus vigilantes; hay un pasotismo absoluto municipal para hacer una limpieza a toda esta zona, que tiene su riesgo».

Miedo con el quitamiedos. A esta queja, Villén suma otra con respecto a los dos quitamiedos que existen en la propia calle Río Guadiana, entre las rotondas del hospital y de Luz del Tajo. Según ha denunciado ante la Policía Loca hace casi un año, en el Consejo de Participación y ante varios concejales, «supongo que por los movimientos de tierra, se ha roto el soporte que tiene para unirse la bionda horizontal con el poste vertical». Es caso es que la enorme lámina metálica está en el aire, separada de los soportes en al menos tres o cuatro puntos.

Esto, apunta Villén, puede ser un riesgo tanto para peatones, como para los coches. Porque en un momento dado, un peatón descuidado se puede apoyar en el quitamiedos, por ejemplo, para atarse un zapato, «y se le puede caer en los pies y romperle los pies, porque eso pesa lo suyo». Por otro lado, el vecino teme que la lámina salga disparada a la carretera y pueda golpear algún coche, «hay un riesgo latente».