Bullying más allá de la burla

Agencias
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Los padres muestran su preocupación por el acoso y siete de cada 10 creen incluso que los centros ocultan casos para no dañar su imagen

Imagen de archivo de unas mochilas escolares en un colegio - Foto: EFE/ Biel Aliño

Hace poco más de un año que Kira López se suicidó. Tenía 15 años. «Cada día me pregunto por qué. Qué puede hacer que una niña sienta que no puede más. Qué le pasó en el colegio el día de antes y qué temía que le pasara aquel día si volvía a ir. Lo que le esperaba tenía que ser terrible si con tal de no ir a clase prefirió incluso morir». 

Estas son las palabras de su padre, José Manuel López, que acompañan a la presentación hoy en el Congreso de los Diputados de más de 230.000 firmas para reclamar un protocolo nacional contra el acoso escolar. «Cada minuto sin tomar medidas es un minuto donde un niño o una niña puede estar sufriendo y encontrarse en peligro», apunta en el texto.

López publicó su petición en change.org cuando se cumplió un año del suicidio de su hija Kira López. «Hoy hace un año del peor día de mi vida. El 19 de mayo de 2021 nuestra única hija Kira, que solo tenía 15 años, se suicidó. La noche anterior me abrazó y me dijo que me quería mucho y que era el mejor papi del mundo. Esa fue su forma de despedirse... Ahora lo sé», recuerda.

Con su petición reclama la creación por parte del Ministerio de Educación de un protocolo nacional contra el acoso escolar, «que especifique las actuaciones pertinentes tanto en caso de acoso de profesores hacia alumnos como en caso de bullying entre iguales».

Considera que «con Kira no se actuó a tiempo» y cree necesario que en todos los centros educativos «se garantice la activación urgente de atención psicológica ante sospechas claras de abuso y la intervención inmediata si se detecta riesgo de suicidio de la víctima».

Por eso, envió hace unas semanas una carta al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y a la ministra de Educación, Pilar Alegría, con propuestas normativas para poner fin al acoso escolar.

Así, José Manuel pretende reflejar «la preocupación de miles de familias por un problema social que tiene consecuencias devastadoras para los menores y que carece del soporte legal necesario en el país de Europa, a la cabeza del acoso escolar y con el suicidio como principal causa de muerte infanto-juvenil.

Cifras alarmantes

Los datos corroboran el temor de este padre. Según un informe presentado ayer por Educar es Todo y Totto, el 71 por ciento de los progenitores percibe que los centros educativos ocultan los casos de acoso escolar con el fin de evitar que se tenga una imagen negativa de ellos. Por su parte, el 44 por ciento de los profesores también lo percibe.

Otro dato que llama la atención, pero que esconde un verdadero drama, es que el 93,3 por ciento de los padres considera que los progenitores de los acosadores suelen tratar de ocultar, minimizar o justificar el acoso escolar que ejercen sus hijos. En cuanto a la preparación para resolver estos problemas en los colegios, más de tres de cada 10 profesores aseguran estar muy o bastante preparados para hacerlos frente, por lo que el 70 por ciento opina que no lo están.

Relativo al ciberbullying, más de la mitad de los padres no sabe bien qué es el control parental y el 41 por ciento no sabe los contenidos que consume su hijo a través de internet. En este sentido, el 83 por ciento agrega que sí controla en todo momento a qué acceden sus chavales en la red. De aquí se puede desgranar que un 63,5 por ciento apunta que sus hijos pueden acceder a internet desde su habitación; un 63 que suelen ver ellos solos plataformas digitales; un 44 por ciento está 100% convencido de que sus hijos no han visto contenidos inadecuados para su edad y un 36 reconoce que ven series o películas que no son para su edad.