Propuestas para el futuro de Toledo por la 'zona de contacto'

J. Monroy
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Alumnos de la Escuela de Arquitectura presentan a Gregorio Marañón sus anteproyectos para dotar de vida a estos espacio y hacer ciudad

Propuestas para el futuro de Toledo por la ‘zona de contacto' - Foto: Yolanda Lancha

El avance del POM del Ayuntamiento establece que en la denominada como 'zona de contacto', el espacio entre Polígono y Santa Bárbara, «el suelo de uso terciario pasará a suelo de uso residencial para permitir la construcción de viviendas y cohesionar, coser la ciudad y los barrios a través del eje vertebrador que supone el río Tajo». Se trata, en palabras del profesor de la Escuela de Arquitectura José Ramón de la Cal, de un espacio «que no tiene afecciones paisajísticas, es un terreno baldío, que es público y que, de desarrollarse, haría rico al municipio».

Alumnos de cuarto de Arquitectura han comenzado a trabajar en su asignatura de Proyecto sobre la 'zona de contacto', para ver en qué lugares y cómo se puede hacer ciudad, una operación lineal a lo largo de la actual To-23 para coser los dos barrios a través de unos terrenos públicos sin uso. Los alumnos, explica de la Cal, están estudiando posibilidades de hacer una ciudad en manzana cerrada, una ciudad en altura, con torres, con jardines o unifamiliares, «una serie de tipos de ciudad que dibujarán para ver diferentes soluciones».

Tras una semana de trabajo, los treinta proyectos ya se están bosquejando. Aunque su presentación final será en quince días, Gregorio Marañón y Bertrán de Lis ha conocido algunos de los primeros diseños. Marañón es doctor Honoris Causa por la Escuela, por lo que se le considera profesor, explica Juan Mera, director de la misma. Por lo tanto, un par de veces al año conoce estos proyectos y escucha a los estudiantes.

Marañón se mostró convencido de que la Escuela de Arquitectura de Toledo «desde que se fundó, día a día constituye un elemento esencial para la conservación de la ciudad; además, una conservación viva, no la conservación de unas ruinas, sino una conservación que incluye un proyecto de futuro y la modernidad adecuada. Por lo tanto, para mí es un capital del futuro de la ciudad». A su juicio, hay dos formas de crecer para una ciudad, la que hemos conocido en la España de los 70, «donde el crecimiento era destrucción», y la que encarna la Escuela «un crecimiento que es una apuesta por la modernidad, una apuesta por el futuro absolutamente coherente con la conservación con lo que Toledo es y significa a lo largo de su historia». En ese sentido, se acordó no solo de la 'zona de contacto', sino de los trabajos en torno al río, o sus criterios de conservación, para seguir manteniendo una ciudad viva.

Los proyectos. Pablo Palacios expuso su proyecto ante Marañón y sus compañeros. Su idea es seguir con la trama histórica de la ciudad, reflexionar los principios sobre los que se construyó el Casco para aplicarlos en la 'zona de contacto'. Tomando los mismos, ha puesto la estación del AVE en lugar de Bisagra; un mirador en Santa Bárbara por la Catedral; y la zona comercial por Zocodover. Alrededor de esos eje desarrolla una trama histórica con una visión contemporánea, en la que tendrá que poner todavía las viviendas residenciales, además de otros usos, para dar riqueza al espacio público.

Por su parte, Miguel Ángel Sánchez hace una apuesta totalmente distinta, un único edifico continuo de kilómetro y medio que una Polígono y Santa Bárbara. Será a través de dos niveles de construcción de unos veinte metros de altura cada uno, y un espacio de circulación para personas y vehículos eléctricos en medio, hasta sumar unos setenta metros de altura. Allí irán más de mil viviendas, casi una ciudad conectada con el río, los distintos arroyos y los olivares. Con visión a las unidades paisajísticas, liberaría estas de la presión inmobiliaria. Al tiempo conectará el Polígono con la ciudad por medio de carriles bici y transporte eléctrico. Finalmente, su superficie serviría para captar electricidad.

Mera explicó que su idea es que los alumnos trabajen en proyectos reales, aunque solo sean ideales. De esta forma, «estamos tratando de contaminar a la sociedad». A su juicio, «a los profesionales que están en la calle, que muchos de ellos 'ya no saben jugar al tenis', les viene bien recibir estas informaciones, porque muchos profesionales están en la calle y se dedican a mirar las revistas de moda y no se dan cuenta por dónde va la Universidad, que va por un camino más sensato de lo que la gente cree».

De la Cal recordó que algunos de los proyectos que los alumnos de la Escuela elaboraron en torno al cuartel de la Guardia Civil se han presentado al concurso. Más allá, está convencido de que se deberían dar más a conocer este tipo de trabajo por el bien de la ciudad. Para que así sea, la Escuela hará una exposición sobre estos treinta proyectos.