La Asociación de Víctimas de Accidentes Laborales de Toledo (Avalto) ha mostrado su deseo de que «los empresarios en general sientan el aliento de los inspectores en la nuca». Así lo ha afirmado su presidente, Manuel Prior, con motivo del Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo. Junto al Ayuntamiento, Asociación de Vecinos El Tajo e Izquierda Unida, Avalto conmemoraba ayer esta jornada con un acto público en recuerdo de las víctimas y de sus familiares en la sala Thalía del Polígono.
Fue una jornada musical, amenizada por David Olivares al cello y Andrés Tejero al piano, pero también reivindicativa. En su manifiesto, se lamentó Prior, Avalto tuvo que volver a retomar viejas reivindicaciones. En primer lugar, pidió «un trabajo decente, digno y con derechos, no un trabajo temporal y externalizado, queremos que se cumpla por parte de los empresarios la Ley de Riesgos Laborales, pero también por parte de la Junta de Comunidades, porque también tiene la obligación de vigilar y controlar con eficacia su cumplimiento».
Pero Prior lamentó que no está haciendo así. La consecuencia es que el pasado año hubo 31 muertos en Castilla-La Mancha, diez de ellos en Toledo, y durante los dos primeros meses de 2022 las estadísticas oficiales ya hablan de doce fallecidos en la región, tres en Toledo, «aunque hay alguno más que entrará en estadísticas sucesivas». En consecuencia, «la siniestralidad en Castilla-La Mancha ha empezado este año bien fuerte».
Ante esta circunstancias, una de las demandas de Avalto es la contratación de más inspectores de Empleo, para acercarse a la media europea. En estos momentos, explicó Prior, en Castilla-La Mancha hay 45 inspectores y 51 subinspectores. A cada uno le corresponden nada menos que 10.781 trabajadores, muy por encima de la media europea, que es está por debajo de los 7.500. A nivel nacional, hay 3,4 millones de empresas y 858 inspectores y 990 subinspectores, «una cantidad ridícula». Así que «en cuanto más inspectores, mejor».
Como prueba de la eficacia del control, Prior aludió a las consecuencias de los últimos cambios en la reforma laboral. Aunque todavía es pronto para valorar todas sus consecuencias, sí es cierto que «en el campo, de cinco mil inspecciones que mandó la ministra de Trabajo, más de 4.500 salieron con incumplimientos, con razón no querían que los inspectores fueran». Luego puede ayudar también el control a las subcontratas y la temporalidad. Según un estudio, apuntó Prior, los accidentes laborales se producen más entre los trabajadores temporales que entre los indefinidos, «y además tienen más derechos y ven otro futuro con trabajos indefinidos».
Juzgados específicos. Finalmente, Avalto recuerda que en su reciente reunión con el fiscal nacional de Siniestralidad, ha exigido la creación de juzgados específicos en siniestralidad laboral, con jueces específicos y a ser posible, con dedicación exclusiva. Porque la Justicia, recuerda Prior, es otro de los asuntos que ayudaría a acabar con la siniestralidad.
Avalto reivindica «condenas ejemplares a estos empresarios que incumplen serían un buen revulsivo para que dejaran de pensar antes en el dinero que en la seguridad y la salud de sus trabajadores». El problema es que en Castilla-La Mancha, por ejemplo, la media de espera para un juicio es de cinco años y medio, («aunque nosotros pensamos que, como mínimos, son un par de años más»), lo que hace que a la postre las familias se vuelvan para atrás o acepten acuerdos económicos.