«La pandemia está destrozando la profesión»

M.G
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El actor Emilio Gutiérrez Caba charla con La Tribuna horas antes de subirse al escenario del Teatro de Rojas con la obra 'Galdós enamorado', de Alfonso Zurro. Comparte escena con otra gran intérprete teatral, María José Goyanes

«La pandemia está destrozando la profesión» - Foto: David Pérez

Él era su ‘miquiño del alma’, su ratoncito, como llamaba Emilia Pardo Bazán en tono cariñoso a Benito Pérez Galdós en sus cartas de amor y amistad. Y algunos de esos episodios se suben a escena desde hace un mes de la mano de ‘Galdós enamorado’, la nueva apuesta teatral del dramaturgo y director Alfonso Zurro, con Emilio Gutiérrez Caba y María José Goyanes, dos actores de peso que sostienen esta ambiciosa comedia cuya trama se centra en la admiración que ambos literatos se profesaron durante muchos años. El Teatro de Rojas enciende sus luces hoy y mañana para que el público disfrute de dos grandes interpretaciones y pueda acercarse a la intensa relación de ambos literatos, infidelidades incluidas. Un amor vía postal adelantado a su tiempo.

¿Cómo está funcionando ‘Galdós enamorado desde su estreno?

La obra se estrenó en Las Palmas el mes pasado, se ha hecho todo el circuito de Canarias, menos Hierro y La Gomera, y está funcionando muy bien. A la gente le está gustando mucho y está mostrando mucho respeto sobre lo que Alfonso Zurro ha escrito  de Galdós y doña Emilia.

¿Estaban tan enamorados Galdós y Pardo Bazán como se dice desde hace años?

No lo sé y nunca se sabrá. Salen las cartas de ella, pero no las de él. Me inclino a que no fue un enamoramiento al uso, sino que surgió por admiración y pasó a ser otra cosa. En cualquier caso, doña Emilia era una mujer muy libre e incluso en una ocasión le fue infiel en cierta medida e incluso se lo comentó a Galdós, que tampoco le sentó muy bien aquello. En esos dos años o tres que tuvieron relación sí estuvieron enamorados, pero no con la idea de romper un matrimonio y escaparse juntos, fue más bien un amor clandestino en aquella época, pero no creo que llegaran a tener un apasionamiento rotundo y de amor loco.

¿Cómo se prepara un personaje como Galdós tan introvertido y discreto, un escritor que tantas veces ha pisado las tablas como personaje?

La obra no está escrita en clave de biografía, sino de ficción. Se trata de una comedia en la que dos actores tratan de desentrañar lo que podían decir las cartas de don Benito y doña Emilia. Unas cartas, las de él, que se han perdido, menos una, y las ideas que se vertían en la literatura y que ella le escribió. Por tanto, Alfonso Zurro ha colocado a estos dos personajes en un espacio intemporal para que recreen una serie de acciones, pero no tienen por qué parecerse a don Benito y a doña Emilia, únicamente en su espíritu. Además, tampoco tenemos una idea clara de cómo era él en su vida privada.

Parece que a Alfonso Zurro, el director, le faltaba un montaje de Galdós, sobre todo, teniendo en cuenta que ha estado muy ligado como dramaturgo y director a textos de Baroja, Lorca o Quevedo a lo largo de su trayectoria profesional.

Sí. Es un hombre muy estudioso de la literatura española y fijarse en Galdós para él habrá sido una gran satisfacción y lo ha hecho con mucho cariño. Además, se ha documentado muy bien, se nota, es muy correcta y es muy de agradecer en una época, sobre todo, en la que la ficción se va por las ramas a veces y cuenta cosas un tanto peregrinas sobre el pasado, el presente y el futuro de España.

Comparte escena con otra de las grandes actrices teatrales, María José Goyanes, y no es la primera vez que coinciden. Imagino que  se complementan a la perfección en esta obra.

Sí. Hace muchos años que nos conocemos, tuvimos una compañía en la juventud y nos hemos encontrado también en la madurez algunas veces. Es una persona con la que tengo un trato frecuente y ha sido muy fácil trabajar con ella a ese nivel.

¿Termina siendo un premio que escriban algunos medios de comunicación para referirse a usted y a Goyanes que la obra está interpretada ‘por dos monstruos de la escena’?

(Se ríe) Es un calificativo que agradezco mucho por lo que tiene de ponderativo, pero uno no se ve así. Vivo mi vida como cualquier otra persona, me levanto por las mañanas cansado o vital. Es muy de agradecer, hace que estés tranquilo viendo ese aprecio, pero no hay más allá.

¿Está resultando muy complicado trabajar y salir de gira con la obra en medio de la pandemia?

Está repercutiendo en un destrozo de la profesión. El 97%de los actores en este momento están en paro y únicamente el 8%podía vivir de esta profesión antes de la pandemia. Estando en un país moderno e industrializado no deberían permitirse estas miserias, pero se permiten. En estos tiempos estamos como casi todos, pero no digo todos porque hay gente a la que le ha venido muy bien y sigue especulando con la salud ajena, algo que está probado y sale en los periódicos todos los días. En cambio, a otra mucha gente le ha venido muy mal por desgracia por la enfermedad, los fallecimientos y las ruinas económicas.

El teatro ha sufrido el embate de la pandemia y ha creado una gran zozobra e inquietud porque hay que trabajar con aforos del 30 o el 50%, te cierran de un día para otro un teatro y si surge un brote de coronavirus hay que suspender ensayos y funciones... La sociedad está cansada psicológicamente de toda esta pandemia, de los horarios, de los toques de queda...

¿Le da miedo subirse al escenario y quitarse la mascarilla?

No, me la he quitado también rodando. He pasado la covid el año pasado y no tengo miedo en ese sentido. Además, lo peor del miedo es tener miedo. Hay que ser una persona relativamente valiente, pero aun así, no lo soy. Esto te puede contagiar, pero también te puede caer una teja y matarte. Hay que vivir la vida, que es lo único que tenemos los seres humanos porque lo demás no nos lo llevamos, se queda aquí.

Hablaba de la agónica situación del sector teatral que, por otro lado, lleva en crisis muchos años. ¿Tiene solución?

 Sí, hay muchísimas formas, pero otra cosa es que haya una voluntad político y administrativa de llevarlas a cabo. Con un trabajo de campo de pocos meses se puede ofrecer una alternativa real a la situación teatral de este país, pero hay que preguntarse si las administraciones están capacitadas para admitirla. Hay que dejar claro que este país necesita una profunda reforma administrativa, pero no se hace. Parte de los fondos europeos que llegarán ahora irán destinados a tapar agujeros y a defender  posiciones laborales absolutamente inexistentes. Soy muy crítico con la sociedad española que no afronta realmente la reforma de la administración porque es el modus vivendi de muchos vivales.

¿Cuáles son sus próximos proyectos?

Empiezo a rodar en mayo la serie ‘García’ para HBO. Son seis capítulos y soy uno de los tres o cuatro primeros intérpretes de la serie. El rodaje se prolongará hasta octubre.

Con tantas plataformas digitales hay más series, películas y proyectos que también ayudarán en el plano laboral a los actores, ¿no?

Ayuda, pero con sueldos de 1990 y estamos a 2021. Hay mucha gente que empieza en teatro y televisión y está cobrando una miseria. Estos  pocos más de veinte años de este siglo no están siendo nada buenos, incluso diría que peores que los del siglo XXy eso que empezó con una guerra mundial. Este siglo está siendo nefasto... También la orientación que tiene a digitalización y energías renovables y todo esto es una patraña en el fondo.

¡Somos modernos!

De modernos, poco.