Symphony y el poder emocional de la música

Leticia G. Colao
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La aventura de Fundación La Caixa une la proyección de una película panorámica con otra de realidad virtual, en la que el espectador forma parte de la orquesta sinfónica dirigida por Gustavo Dudamel en 360 grados. En Talavera hasta el 9 de marzo

Symphony y el poder emocional de la música - Foto: Manu Reino

La música y las sensaciones que la acompañan, emocionales y emocionantes, son las protagonistas del nuevo proyecto que Fundación La Caixa trae a Talavera en colaboración con el Ayuntamiento, un trabajo que es la «joya de la corona» de las diferentes iniciativas puestas en marcha en los últimos tiempos por la fundación. De la mano de los acordes musicales y guiados por la batuta del reconocido director Gustavo Dudamel, el espectador se sitúa por primera vez en medio de una orquesta sinfónica, sobre el escenario del Liceo barcelonés, en una experiencia inmersiva puntera a partir de tecnología de realidad virtual. Tras su estreno en CosmoCaixa (Barcelona), llega a Talavera en el marco de una gira que recorrerá un centenar de ciudades de España y Portugal en los próximos diez años.

La alcaldesa de Talavera, Tita García Élez; el director de Área de Negocio de CaixaBank, Rafael Tardón; la delegada de la Fundación 'la Caixa' en Castilla-La Mancha, Rosa Gómez; y el asesor del proyecto, Marcel Gorgori, han presentado hoy en la carpa de la Alameda 'Symphony, un viaje virtual al corazón de la música', donde los espectadores podrán disfrutar de un espectáculo único que los atrapará en medio del alma de la música.

La alcaldesa ha subrayado la importancia de la colaboración público-privada para atraer nuevos formatos culturales novedosos para el público talaverano, un público «al que le gusta la cultura y practica la cultura». En la ciudad permanecerá hasta el próximo 9 de marzo.

La película Symphony, impulsada por la Fundación 'la Caixa', con la colaboración del director Gustavo Dudamel, ha sido reconocida con uno de los premios European Heritage Awards impulsados por la organización Europa Nostra y la Unión Europea en la categoría de Educación, Formación y Habilidades, entre otros muchos.

La tradicional carpa de La Caixa se divide en esta ocasión en dos salas de cine. En la primera, sin la que no se entenderá la segunda, se puede disfrutar de una película panorámica de unos 12 minutos, en la que se introducen tres realidades diferentes a través únicamente de sus sonidos, sin palabras. En tres partes del mundo, Colombia, Nueva York y una zona del Mediterráneo, tres jóvenes crean música mediante los sonidos cotidianos de sus respectivos lugares, dando a entender cómo cada uno de ellos está conectado con los sonidos y la música de su entorno, claramente diferente entre sí.

Tras esto llega la segunda parte de un proyecto que a nadie deja indiferente. Los espectadores accederán a la segunda sala donde, ayudados por cascos y gafas 3D, vivirán una experiencia musical de realidad inmersiva única, donde comenzarán formando parte de la  Mahler Chamber Orchestra de Gustavo Dudamel, en 360 grados y mientras representa la Quinta Sinfonía de Beethoven. Bajo el instrumento de la realidad virtual, el espectador será uno más de los músicos en el Liceo y, girando la cabeza, podrá vivir, sentir y adquirir nuevas perspectivas de una orquesta sinfónica a través de las diversas familias de instrumentos.

Tras ello, la magia se traslada al taller de un lutier, quien enseña paso a paso la forma de creación artesanal de un violín, que incluso puede verse desde dentro, así como una trompeta, en imágenes más que sorprendentes.

Tecnología y creatividad. El concepto visual de esta experiencia en realidad virtual combina la imagen real filmada en 360º (live action) con la imagen generada por ordenador (CGI) y efectos visuales realizados a través de VFX, que recrean universos oníricos que también encuentran inspiración en la naturaleza para completar la belleza de la experiencia.

Las secuencias gráficas van ganando complejidad a medida que avanza el viaje y son fruto de múltiples capas y texturas que se superponen y se adaptan a los cambios de la partitura para sacar adelante el viaje más orgánico, acompasando grafismos con los latidos del corazón.