«Lo importante es la tradición»

J. S. Rodríguez
-

Los toledanos muestran sentimientos encontrados porque no a todos les agrada la medida tomada por el Cabildo: «Si empiezan a dar el agua en vasos de plástico en vez de en botijos, la tradición de la Virgen del Sagrario se perderá»

Las tradicionales fiestas del 15 de agosto en Toledo han marcado a miles de generaciones de toda la ciudad. Reuniones familiares, reencuentros entre amigos, el pistoletazo de salida para las vacaciones de verano… Momentos para el recuerdo entre seres queridos que convergen en el tradicional y conocido 'día de los botijos'. Un día en el que los toledanos se acercan al claustro de la Catedral para beber el 'agua de la Virgen' en el recipiente arcilloso más famoso de nuestro país.

Una festiva tradición que, como muchas, fue pausada en los años 2020 y 2021 por la pandemia del Covid-19. Pero por fin, este agosto de 2022 la tradición de los botijos ha vuelto a la vida de los toledanos, aunque con un ligero matiz. Hoy los toledanos pueden beber del agua de la Virgen, pero no de los botijos. Así lo anunció el pasado mes el Cabildo de la Catedral Primada por razones sanitarias por el Covid-19.

De este modo, los toledanos y vecinos de otros lugares no han encontrado hoy el agua de la Virgen en los tradicionales botijos, sino que han tenido que servirse el agua de los grifos en los vasos de plástico distribuidos por el Cabildo.

Los toledanos han bebido 'el agua de la Virgen' en vasos de plástico en vez de en los tradicionales botijos debido a las medidas del Covid-19Los toledanos han bebido 'el agua de la Virgen' en vasos de plástico en vez de en los tradicionales botijos debido a las medidas del Covid-19Varios vecinos de la ciudad se han mostrado disconformes con la nueva medida y alguno que otro ha decidido aparecer con su propio botijo bajo el brazo. «Si empiezan a dar el agua en vasos en vez de en botijos, la tradición de la Virgen del Sagrario se perderá», ha explicado un matrimonio toledano a La Tribuna. El matrimonio, disgustado por la medida, rellena el botijo que han traído de casa para intentar mantener la esencia de la tradición y asegura que no les agrada la medida y esperan que «no sea para siempre».

Mientras algunos rostros se arrugan de manera desaprobatoria al ver los vasos de plástico, otros lo asimilan relajadamente. Los vecinos rellenan botellas y cantimploras para llevar el agua de la Virgen a familiares y amigos que no han podido acudir a la cita. «Es una medida mucho más higiénica, pero no tiene gracia. Prefiero coger el botijo y mojarme», afirma una joven que acude con su familia. Su padre asegura sentirse más tranquilo con la medida, pues «tras la pandemia, es mucho más higiénico y seguro beber con vasos. Pero confío en que volverán los botijos».

Una simpática vecina de la ciudad explica que a ella le gustan los botijos pero «en estas circunstancias me parece higiénico beber de vasos individuales» ya que, asegura «con el botijo siempre hay personas que no saben beber y chupan el pitorro. Antes como no había miedo por el Covid, nadie se preocupaba».

Más fotos:

Algunos toledanos se trajeron los botijos de casa.
Algunos toledanos se trajeron los botijos de casa.
Los vasos de plástico sustituyeron este año a los botijos.
Los vasos de plástico sustituyeron este año a los botijos. - Foto: Ismael Herrero/EFE
Francisco Cerro, Emiliano García-Page y Milagros Tolón cumplieron con la tradición.
Francisco Cerro, Emiliano García-Page y Milagros Tolón cumplieron con la tradición. - Foto: Ismael Herrero/EFE

«Lo importante es la tradición», explica otro vecino de la ciudad, que relata cómo, desde de pequeño, venía a los botijos con sus padres, sosteniendo que «al final no vienes solo por la devoción que genera la Virgen, sino porque también es una manera de recordar a nuestros padres y a aquellos que nos han dejado».