El custodio del régimen de Chávez

Agencias
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El 'Pollo Carvajal', exjefe de los servicios secretos venezolanos, libra su última batalla judicial para lograr frenar su extradición a EEUU más de tres años después de ser detenido en Madrid

El que fuera jefe de la contrainteligencia está reclamado por delitos de narcotráfico en territorio norteamericano. - Foto: EFE

Huyó de la Venezuela de Nicolás Maduro en febrero de 2019 y en abril fue detenido al aterrizar en Madrid. Desde entonces, el exgeneral chavista Hugo Armando Carvajal, conocido como El Pollo Carvajal, ha hecho todo lo que está en su mano -incluso fugarse- para evitar su extradición a Estados Unidos.

Los recursos a las resoluciones desfavorables -que ya han llegado hasta el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH)-, sus confesiones sobre una supuesta financiación ilegal en el partido Podemos en España, y, sobre todo, el haber permanecido casi dos años oculto para impedir su entrega a las autoridades norteamericanas -donde está reclamado por delitos de narcotráfico- no han hecho más que dilatar un procedimiento que se prolonga ya más de tres años.

Pese a ello, quien fuese jefe de la contrainteligencia militar en los gobiernos de los presidentes Hugo Chávez y Nicolás Maduro no dudó en pedir a la Audiencia Nacional de España su libertad tras llevar ya casi un año en prisión provisional.

Una pretensión que los magistrados rechazaron de forma tajante: su estancia carcelaria es «imprescindible» para garantizar su entrega, ante el «más que evidente» riesgo de fuga, como acreditan los dos años que estuvo en paradero desconocido hasta que fue arrestado en septiembre pasado en un piso en Madrid tras detectarlo la DEA estadounidense.

Aunque la entrega a Estados Unidos esté ahora en suspenso, añaden los jueces, la decisión de entregarle es «definitiva» al haberse rechazado sus peticiones de asilo y protección internacional. Solo queda que el TEDH resuelva y eso precisamente les lleva también a considerar que el riesgo de fuga se ha «incrementado».

Tras una huida rocambolesca en barco desde Venezuela hasta República Dominicana con pasaporte falso, Carvajal fue detenido en Madrid el 12 de abril de 2019 y un juez de la Audiencia Nacional le envió a prisión dando inicio a los trámites de la extradición. Las autoridades norteamericanas le reclama al considerar que habría integrado una organización dedicada al narcotráfico y relacionada con las FARC, tanto en Venezuela como en Colombia y también con vínculos en última instancia con Estados Unidos.

En septiembre de 2019 la Audiencia rechazaba su extradición en contra del criterio de la Fiscalía y, a mediados de mes, Carvajal salía de la cárcel para reunirse con su mujer y sus cinco hijos, que se instalaron en Madrid antes de que él huyera de Venezuela tras manifestar su apoyo al opositor Juan Guaidó y llamar a la rebelión contra Maduro.

La Fiscalía Antidroga recurrió entonces y en noviembre la Audiencia revocó la decisión, dio luz verde a la entrega y ordenó su vuelta a la cárcel.

Pero cuando la Policía fue a detenerle, ya no estaba y no fue posible dar con su paradero hasta casi dos años después. El 9 de septiembre de 2021 era localizado en un piso en Madrid. Ingresaba así por segunda vez en prisión provisional y volvía a retomar una batalla judicial que dejó en suspenso mientras estuvo huido.

Tres entregas suspendidas

Cuando parecía que su extradición era inminente, el 14 de septiembre se volvía a paralizar al estar pendiente la petición de asilo ante el Ministerio del Interior en España.

Entretanto, Carvajal pidió declarar y comenzó a hacer confesiones sobre una presunta financiación ilegal de Podemos a través de fondos del chavismo en la que aseguró estarían implicados los fundadores del partido. Un súbito interés en colaborar que no fue suficiente para que en octubre la Audiencia acordara materializar la entrega una vez le fue rechazado el asilo.

Todo parecía preparado para el traslado, pero en un nuevo giro de los acontecimientos la Audiencia volvió a paralizar la entrega a petición de la defensa de Carvajal para subsanar un defecto de forma: no haberle pedido a Estados Unidos garantías sobre la cadena perpetua.

Esta segunda paralización se producía un día después de que el tribunal advirtiese de las dudas que suscita el testimonio del exgeneral y señalase que no cabía suspender o posponer la extradición para permitirle declarar en una causa de 2016 sobre la financiación de la formación morada.

Mientras tanto, su abogada continuó poniendo palos en las ruedas de la extradición: hizo una segunda petición de asilo y dirigió su vista hacia el TEDH. La primera volvió a ser rechazada, pero el recurso ante Europa motivó una tercera paralización de la entrega.

La última palabra en la historia judicial de Carvajal la acaba de pronunciar de nuevo la Audiencia Nacional la pasada semana, al denegarle una vez más la libertad. A la espera de que la Justicia europea se pronuncie, para el tribunal español «el riesgo de fuga se acrecienta».