Los aceros privan a Morante y Rufo de un gran triunfo

Dominguín
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Tarde calurosa con algo más de media entrada en el coso de Mendigorría donde se celebró la primera corrida del Corpus. Talavante y Rufo cortaron sendas orejas mientras Morante se fue de vacío

Tomás Rufo, exhausto y roto tras realizar una gran faena al sexto toro con un público entregado. - Foto: Dominguín

Con más de media plaza llena se lidiaron cinco astados de la familia García Jiménez, justos de presentación y poco colaboradores para el triunfo, a excepción del buen sexto. Se remendó con un sobrero de Alcurrucén que dio facilidades a Morante en cuarto lugar.

Por el epílogo del festejo comienza el éxito de la tarde. Un toro que le correspondió al diestro de Pepino Tomás Rufo, quien sabedor de que tenía en su mano la llave de la Puerta Grande, salió a por todas desde su recibo capotero. Encajado toreando por verónicas, con el compás abierto, meció al encastado burel salmantino hasta los medios, donde rubricó este comienzo con una media antológica. Tras la suerte de varas hizo un quite por chicuelinas y tafalleras que despertó a los asistentes y les metió en la cómplice faena del toledano. Brindó este astado al matador de toros Eugenio de Mora, que cumple este años sus bodas de plata de alternativa. Sin probaturas citó al animal de lejos y éste se le vino con nobleza hacia las telas.

A partir de ahí todo fue una sinfonía de toreo importante. Con la muleta en la diestra toreó con cadencia y encaje, conectando con los asistentes cómplices del gran éxito que veían que iba a ocurrir. Con la muleta en la zurda los naturales fueron auténticos carteles de toros, tandas largas donde una y otra vez el toro iba cosido a la muleta del joven espada. Hasta este momento todo era un hervidero de pasión y entrega del torero y ganas de que triunfara de los asistentes. Pero la espada esta vez, aliada de tantos triunfos, le cerró la posibilidad de salir a hombros del coso de Mendigorría. Una gran ovación del respetable tras la muerte del astado reconoció la gran tarde del matador de toros de Pepino que, a buen seguro, volverá a pisar la arena de Toledo para triunfar.

Tomás Rufo realizó el mejor toreo en la tarde del Corpus.Tomás Rufo realizó el mejor toreo en la tarde del Corpus. - Foto: DominguínEn el tercero de la tarde, Rufo sí que pudo contar una oreja a base de inteligencia y temple en sus muñecas. El público estaba de su parte. Los seguidores con ganas de que su torero triunfe y el matador entendió a la perfección al toro, logrando tandas de naturales y derechazos que le sirvieron para llevarse su primera oreja en un Corpus toledano.

Morante de la Puebla no tuvo suerte con el primero de la tarde. Tras devolverse el titular a los corrales salió un toro justo de todo con el que abrevió para no molestar al público asistente.

Pero la magia llegó en el cuarto de la tarde. Un toro de Alcurrucén con cuajo y calidad con el que Morante estuvo a gusto desde su recibo capotero.

El buen toro de Alcurrucén propició el toreo de clase de Morante. El buen toro de Alcurrucén propició el toreo de clase de Morante. - Foto: DominguínCon los talones clavados en arena fue llevando al astado con suavidad y torería, levantando pasiones y olés de sus incondicionales que poblaban los tendidos del coso toledano. El garbo que atesora las muñecas Morante fueron descubriendo las ganas que el sevillano tenía de triunfar en Toledo. Lo que estaba llamado a ser un éxito, se topó con el mal uso de la tizona, que dejó en saludos su gran actuación en este toro.

talavante, de vacío. Alejandro Talavante dejó su impronta en el segundo de la tarde. Un animal codicioso que entendió desde su recibo de capa. Talavante que está volviendo este año otra vez a los ruedos fue haciendo que el toro siguiese su engaños y él fue encajándose una y otra vez en lo que acabó siendo una faena importante en el coso toledano. Enterró el aceró y cortó una oreja del animal.

Talavante al natural en su primero.
Talavante al natural en su primero. - Foto: Dominguín
En el quinto no tuvo suerte y tuvo que pasaportarlo con brevedad.