Vecinos del Casco, alerta ante la regulación de la hostelería

Lola Morán Fdez.
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Desde la asociación vecinal quieren evitar que sus calles se llenen de discotecas ante la «imposibilidad» de compatibilizar su horario de cierre con el descanso

La normativa actual recoge una distancia mínima de 200 metros entre discotecas. - Foto: Reviejo

Los vecinos del Casco histórico de Talavera están «preocupados» ante la posibilidad de que pueda incrementarse el número de locales de ocio nocturno en esta zona de la ciudad a raíz de la nueva normativa que se va a elaborar desde el Ayuntamiento talaverano para regular el establecimiento de este tipo de negocios en el área de Conjunto Histórico. Así lo trasladó a La Tribuna el presidente de la Asociación de Vecinos San Jerónimo, José Luis Prado, quien trasladó su malestar por que desde una asociación hostelera se haya trasladado su interés por que se reduzca la distancia mínima entre discotecas, establecida en la actualidad en 200 metros. 

Para Prado, «es un despropósito, va en contra de cualquier normativa europea en cuanto a los Cascos antiguos y no sabemos si obedece a intereses personales o generales de los hosteleros», expuso el representante de los vecinos de esta zona.

A juicio de la asociación, pese a que desde el sector hostelero también han señalado que los vecinos «son los primeros y principales» a la hora de abordar posibles cambios, «es imposible compatibilizar el horario de cierre de discotecas con el descanso de los vecinos, a no ser que vayan a hacer discotecas de día».

Por ello, creen que la normativa «habría que hacerla incluso un poco más restrictiva, no ampliarla» para conciliar el derecho a los descansos de los residentes en la zona con la actividad económica de los hosteleros. Asimismo, el presidente de San Jerónimo abogó por que «se vigile por parte de las autoridades el horario de cierre».

En cualquier caso, Prado insistió en que «lo que no queremos es que en el Casco prime el alcohol fácil, de horario fácil y de inversión mínima».

«Desastrosos». Los fines de semana en el Casco son de forma habitual «desastrosos» por el comportamiento de parte de la ciudadanía. «Hay establecimientos que funcionan casi como discoteca o discoteca, pero tienen un servicio de un bar normal, para 30 ó 50 personas, claro, si meten 300 ó 400, esa gente hace sus necesidades en la calle», expuso el representante vecinal. Ante esta problemática, instó al Ayuntamiento « tomar el coro por los cuernos» y hacer que se cumpla la normativa.

Por todo, ante el anuncio de esta regulación del establecimiento de discotecas en el Conjunto Histórico por parte del Gobierno municipal, desde la asociación vecinal quieren, en primer lugar, mantener un encuentro con la alcaldesa talaverana, Tita García Élez, para que les informe de este asunto y trasladar de igual manera su preocupación y necesidades al respecto.

Asimismo, piden poder participar en la elaboración de esta normativa, en la que abogan que se recoja el «cumplimiento de aforos, cumplimiento de horarios, vigilancia y control por la Policía de todos los establecimientos de los horarios de cierre».

En lo que respecta a la distancia mínima que la normativa vigente recoge para el establecimiento de locales conocidos como discotecas, desde la asociación consideran que la cifra de 200 metros «está bien», si bien «habría incluso que aumentarla» para que no se concentren numerosos locales de estas características en este punto de la ciudad. «Talavera es muy grande, no hay por qué concentrar ese ocio de horario 'raro' aquí en el Casco antiguo», recalcó Prado.

Además, expuso que desde la asociación esperan que en el nuevo Plan Especial de la Villa adaptado a la declaración de Conjunto Histórico que se está redactando en estos momentos «se tenga en cuentan las alegaciones de la asociación para que todo este tipo de cuestiones se contemplen».

Su deseo es «que los vecinos puedan convivir con los diferentes establecimientos», y abogan para ello para que desde el Consistorio talaverano ejerzan de intermediarios a la hora de tener en cuenta las necesidades y problemas que hay en el Casco antiguo.

Entre ellos figura también el del botellón, «no excesivo todavía, pero hay», algo que, como expuso Prado, «perjudica a los propios hosteleros, además de las «molestias» que ocasiona a los vecinos, quienes insisten en que haya una mayor vigilancia policial en la zona para que se respeten las normas.