El azul de la Plata sale a relucir

Jaime Galán
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La restauración de una fachada del siglo XX en la calle de la Plata, llevada a cabo por el Consorcio, descubre policromías poco usuales en edificios del Casco Histórico

El arquitecto, Paco Segado, señala la tonalidad original de la fachada. - Foto: Yolanda Lancha

Sonará redundante, pero ponerse manos a la obra en Toledo acaba por descubrir nuevos tesoros. Y el Consorcio es experto en encontrarlos. Uno de sus últimos hallazgos data del siglo XX, en la fachada de un edificio construido en el año 1900. Es el que se encuentra en la calle de la Plata número 22, que fue seleccionado por esta entidad pública para administrar una subvención en especie y así poder acometer una restauración en el mismo llevada a cabo por sus técnicos. Y bingo, los trabajos especializados encuentran sorpresas. En este caso son de color azul. 

Los hallazgos de esta intervención se podrían dividir en dos aspectos pictóricos, aunque Paco Segado, arquitecto participante en esta actuación, también ha quedado maravillado por un mecanismo arquitectónico que presenta el edificio. Antes de analizar ese punto, se podría decir que quizás la parte más llamativa será la que hará cambiar de color a la fachada. Hasta la intervención actual, la pared contaba con parámetros lisos de color ocre o amarillo suave, muy habitual en los edificios del Casco Histórico. Sin embargo, las recientes actuaciones han sacado a la luz el color original de la primera construcción, muy diferente a lo que está acostumbrado el espectador en este barrio histórico, y que ha ido tapándose a lo largo de los años con técnicas pictóricas «ajenas al espíritu con el que en su día fue ejecutado el edificio», apuntó Segado. Ese color es el azul, y aunque está muy deteriorado por las sucesivas capas que han proyectado sobre él, servirá a los técnicos del Consorcio para tratar de devolver al inmueble esa tonalidad, o al menos, la más parecida posible.

Algo que será especialmente llamativo para el viandante, debido a que el Plan de Color del Casco Histórico de Toledo, vigente desde 2002, no contempla estas tonalidades en sus fachadas, pero ante estas situaciones, en las que se puede probar que es la primera capa del inmueble, es prioritario devolverlo a su estado original. 

Las pinturas de las molduran simulan materiales como granito. Las pinturas de las molduran simulan materiales como granito. - Foto: Yolanda LanchaCurioso también es el segundo hallazgo. El azul de la pared se combinó en 1900 con un gris oscuro para los elementos ornamentales. Un gris que, además, cuenta con unos detalles o resaltos de azul oscuro en algunas partes de sus esculturas, poco vistas en la arquitectura del siglo XX, y que trataría de dotarles volumen o, incluso, de «imitar materiales pétreos», como puede ser el granito. Los expertos reconocen que, en un primer momento, pensaron que esos matices sobre las figuras escultóricas habrían surgido del mero hecho del tiempo, pero descubrieron que se trata de una técnica pictórica para realzar la escultura.

En cualquier caso, todos estos elementos están protegidos por un mecanismo arquitectónico frente a la lluvia. Lo que resultó realmente curioso para Paco Segado tal y como fue mencionado anteriormente. De sobra es conocido que el agua es un enemigo de estos elementos ornamentales. Por ello, el arquitecto encargado de proteger las obras de esta fachada planteó «una estudiada evacuación de pluviales basada en la ruptura de la cortina de agua mediante un juego decreciente del vuelo de los balcones de abajo a arriba», explica Segado. En otras palabras, que visto desde arriba o desde el tejado, cada planta hacia abajo cuenta con unos centímetros salientes más para reducir la caída del agua por la fachada y los elementos que la componen. Una serie de descubrimientos que harán que este edificio del siglo XX tenga un cuidado aún más singular. Otra joya de esta ciudad. Y las que quedarán.