Riesgo de incendio en Azacanes

J. Monroy
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Los vecinos del entorno, temerosos, piden a la entidad bancaria propietaria de una parcela abandonada que la desbroce. Ya han recogido firmas y piden una solución al Ayuntamiento

Riesgo de incendio en Azacanes

Están soportando ratas, ratones, cucarachas y hasta serpientes. Pero eso no es lo peor. La cantidad de incendios que se están produciendo este verano de intenso calor ha hecho crecer todavía más, si cabe, la preocupación de los vecinos del entorno de la parcela abandonada en el número 45 de la toledana calle Azacanes. Tras cinco estíos de pesadilla por la constante amenaza de las llamas, han hecho una recogida de firmas y están acudiendo al Ayuntamiento y la Asociación de Vecinos, además de la entidad bancaria propietaria del espacio. Su objetivo no es otro que, de una vez, se desbroce la parcela.

Milagros, vecina de atrás, ha decidido dejar de alquilar este verano, por precaución, un apartamento turístico de su propiedad, no sea que se produzca un incendio, y teme que cualquier día las llamas puedan asolar su pequeño patio y la casa en la que vive, adyacentes a la parcela, «esto es como una bomba». El miedo no le deja dormir algunas noches y se ha aprendido el número de los bomberos. Ella es la que ha comenzó la recogida de firmas y la que estos días está intensificando su presión sobre el Ayuntamiento para que obligue al banco propiedad del inmueble a desbrozarlo.

Antecedentes. Su pesadilla viene de lejos. El inmueble del solar, antigua carpintería, quedó abandonado y primero llegaron los ocupas. Después se demolió en busca de una nueva promoción inmobiliaria. Pero aparecieron restos como una cripta y un aljibe, que llevaron al propietarios a desestimar el proyecto.Hasta que una entidad crediticia se quedó con el terreno para saldar una deuda.

Desde entonces, y lo ha intentado de forma personal y por medio de su abogado, Milagros no consigue respuesta de la persona responsable del banco para que se desbroce el espacio. Lo ha tenido que meter por vía judicial. Pero, en tanto llega una respuesta que puede retrasarse años, la vecina se pregunta quién sería responsable en caso de tragedia.