Las migas también sufren el 'Efecto Covid'

O. Furones
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La festividad de las migas, marcada en el calendario por todos los vecinos de la ciudad, deja imágenes inéditas debido al aumento de contagios, cuarentenas, miedo... pero sobre todo a la prudencia a escasas horas de la cena de Nochebuena.

Las migas también sufren el 'Efecto Covid'

La Nochebuena del 2021 será recordada por todos, por varios motivos. Por encima de todos quedará grabada por la rareza que encierran estas fechas navideñas. Con el aumento exponencial de los contagios, las cuarentenas, vacunación, pendientes de pruebas PCR... las famosas migas de Toledo han estado constantemente en un limbo, siempre a la espera de la evolución epidemiológica. Desde el Ayuntamiento se daba el visto bueno a la celebración de este festejo. Celebración siempre con responsabilidad y bajo las directrices marcadas por las autoridades sanitarias. Unos matices que sumado al miedo y a la precaución por parte de los vecinos de la capital han dejado una imagen atípica. Atípica porque deberían ser cientos las personas que estuvieran en las calles con sus migas, en las barras de los establecimientos, a escasas horas de que arrancara la cena de Nochebuena rebosantes de carcajadas y alegría. Sin embargo, el panorama que dibuja el 24 de diciembre en la ciudad diluye cualquier atisbo de años pasados. En pleno Casco, donde no cabría ni un alfiler, la imagen debería ser muy distinta, la realidad: desolación. Eran verdaderamente pocos los aventureros que se echaban a las calles. Lo cierto es que la zona de Santa Teresa presentaba un ambiente más jacarandoso, pero tampoco era esa respirar de años pasados. 

La situación actual quizás no llame mucho a juntarse/verse con nuestros seres no tan allegados. Una situación sanitaria que ha provocado que en toda la ciudad solo se hayan tramitado 23 solicitudes por parte de los establecimientos hosteleros. Evidentemente, se trata de una cantidad inferior a la de años anteriores. Esto se debe a que según ha podido saber La Tribuna, varios locales han decidido ni siquiera abrir para evitar aglomeraciones, y muchos otros lo han hecho sin las habituales barras, para que el cliente pueda sentarse en la terraza y disfrutar de las tradicionales migas con las correspondientes medidas de seguridad. Aún así, la escasez de jolgorio y disfrute se han mermado.

Lo cierto es que tendremos que esperar un tiempo para volver a recuperar las viejas imágenes de las migas. Una fecha marcada en el calendario, una esencia, un momento, el de disfrutar con los nuestros sin tapujos, sin restricciones... pero que de momento deberemos tirar de recuerdos, en busca de tiempos mejores, para acabar con este maldito 'Efecto Covid'.

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