Solo queda un equipo imbatido en el Grupo 18: el CD Torrijos. Cuando le faltó fútbol, el equipo de Esteban Becker tiró casta, de orgullo y de empuje para ganarle al líder, un CD Manchego que quizás tuvo más dominio que ocasiones, pero que se mostró con un equipo muy potente al que es difícil de batir. Por eso, el San Francisco celebró el triunfo como si pasara de ronda en la Liga de Campeones.
Como suele ser habitual, el inicio fue de color rojiblanco. Con más balón en tres cuartos y varias llegadas, los de Esteban Becker obligaron a Javi Sánchez a cambiar su disposición de inicio. Eso aplacó un poco los ánimos locales, y trajo un tiro lejano de Gonzalo Saiz que apenas inquietó a Berlana.
El partido estaba cerradito. Aun así, Álex Martín lo intentó para el CD Torrijos pasada la media hora. Nadie estaba decantando la balanza de su lado, pero sí que es cierto que los de Ciudad Real tuvieron la mejor opción en el minuto 39, con otro lanzamiento de Gonzalo Saiz que dio en el palo después de tocar en un jugador local. Luego Berlana salió a escena para sacarle otra a Verdú. No hubo tiempo para más.
Becker dejó a Capelo en el vestuario, y también a Óscar Cabo, lesionado, para dar entrada a Santiso y a Bamba. El gallego fue el primero en probar a Mena nada más salir. Pero en el minuto 54, Juan Durán ganó la banda derecha y solamente tuvo que poner el balón al área. Allí estaba Verdú, que la dio de primeras para estrellarla en la publicidad de detrás de la portería. Fue una ocasión peligrosa.
El líder fue obteniendo mayor posesión, y empezó a encadenar más llegadas, aunque sin opciones claras. Hasta que, en una mala salida de balón, Gonzalo Saiz recuperó la pelota y abrió para Pascu al lado izquierdo, que solo tuvo que cruzar la pelota ante el portero del CD Torrijos.
Tras unos minutos para digerir el marcador, el técnico local modificó de nuevo las condiciones de su equipo, con Cabañas y Álvaro Antón. El burgalés regresó a los campos en partido oficial, su segundo con el CD Torrijos, y al final fue fundamental en la remontada.
De su pierna derecha nació la falta al área que originó el empate. Ventu no se entendió con su guardameta, y al final la pelota acabó en la portería. El autogol aumentó las pulsaciones de los jugadores y de la grada. Y Álex Martín, que había estado algo desaparecido, quiso sumarse a la fiesta. Empezó a meterse hacia adentro, desde el costado izquierdo, y cuando vio que podía disparar, lo hizo. El resultado fue un zambombazo que se coló por toda la escuadra. El San Francisco estalló de júbilo, y pasó a la función de intentar cerrar el partido, la asignatura pendiente de su equipo.
Es obvio que el CD Manchego se volcó sobre la portería de Berlana, y que hasta pudo igualar en el descuento. Pero el CD Torrijos se quedó con los tres puntos, con la imbatibilidad, y mucho más cerca del primer puesto.