Javier Ruiz

LA FORTUNA CON SESO

Javier Ruiz


La Inmaculada Constitución

08/12/2022

Atravesamos los ojos del puente de la Inmaculada Constitución y lo hacemos con el sabor de la eliminación de España y los flecos de la malversación. La carrera de diciembre es amplia y sus sombras se alargan por entre los pliegues del calendario. El último mes del año es el festivo por excelencia; de cuatro días, dos son feria y el español se reinventa. Se va de puente a puente o gasta más en su casa, en función de cómo le dé la paga, el pollo y la luz. Menos Luis Enrique, que decidió volverse de Qatar con los leones famélicos, comidos por las huestes de Marruecos. Ni Don Pelayo ni hostias… La furia está de capa caída y nada grande hicimos que no fuera apelando al espíritu y la garra. Once señoritingas bailando el minué, esperando a que el moro se durmiera. Menos mal que no atacaron esa tarde la valla de Melilla, porque si no, ni Marlaska hubiera hecho falta.
La Inmaculada es un viejo dogma fijado por el Papa Pío IX, que dice que la concepción de la Virgen María fue pulcra y limpia, sin mácula de carne alguna. «No conozco varón», que dijo la galilea y esto ocasionó múltiples discusiones a lo largo de la Historia. Hasta que, mediado el siglo XIX, el Papa zanjó la cuestión con un dogma, que es el presupuesto argumentativo más alto que ofrece la Iglesia. María es Virgen y San José acompañó en el parto como lo pudiera haber hecho una matrona. La mula y el buey miraban callados y discretos, casi como hoy lo hacen los medios de comunicación al sanchismo que acumula tropelías.
Sánchez llega a su quinta Navidad y todavía no se ha coronado rey, aunque no está descartado que lo haga. Para mí, que tiene algo más de Herodes, pues ha indultado a los caganers del procés y ha masacrado a los inocentes que se sienten tan catalanes como españoles. Pedro, sobre tu piedra construiré la infamia de este gobierno. Ha extendido el golpe de Estado a toda España y ahora quiere que lo recibamos con palmas. Los candidatos de mayo en municipales y autonómicas rezan por que no se les acerque demasiado y los churrasque como ya hizo con Susana Díaz en illo tempore. Lo que ocurre, lo que hace falta saber es si el resto de los candidatos quieren ganar las elecciones o no. El otro día en Toledo hubo un acto del PP con alcaldes de todas partes y no remataron el balón. Se organizó un paseo y una rueda de prensa frente al Ayuntamiento de Toledo para decir quién era el candidato al Consistorio y mandaron el balón a la grada. Así es muy difícil ganar el partido. Es como España, que juega para atrás y se duerme. O el PP tiene arrojo y determinación para ganar los comicios o, como espere al gallego y su espíritu famélico, se queda para bordar vestidos de santos. Muy limpios, muy pulcros y fantásticos, pero vestidos de santos.
La Constitución se ha desnudado y se ha presentado en jarras ante quienes querían abusar de ella. Es la ley del sí es sí llevada a la Carta Magna. Ganan quienes la quebrantan, indepes y batasunos. Y al resto de españoles, pues nada, que nos den pomada. Los niños después del cuatro todavía no saben ni tienen conciencia de lo que es pasar a cuartos, pues cuando España ganó el Mundial eran muy pequeños, y desde entonces no ha habido edición que superara los octavos. Ahora morimos como Favila, hijo de Don Pelayo, a manos de un oso que no esperábamos. Tampoco ya se debate si reformar o no la Inmaculada Constitución; toca defenderla porque quieren acabar con ella. Menos mal que nos queda la Infantería, que fue lo que junto al pueblo, mantuvo a España siempre en pie.