Plantas como la lavanda o el lavandín se pueden cultivar en terrenos complicados, evitan la erosión, ayudan a la biodiversidad, se adaptan al Cambio Climático, atraen turismo a los pueblos y permiten producir un aceite natural que se utiliza en cosméticos y productos de higiene. Todo parecen ventajas y sin embargo una sombra se cierne sobre este sector, pues la Unión Europea está barajando calificar el aceite de lavanda como químico, por lo que entraría en una catalogación como tóxico.

El presidente de la Asociación Interprofesional de Plantas Aromáticas y Medicinales, Abelardo Carrillo, se muestra optimista: "No creemos que haya razones para la alarma". Cuenta que todavía esa normativa está en un proceso previo de consultas, que aprovechará esta Asociación para argumentar todo lo bueno que tiene el cultivo de la lavanda. "Nosotros lo que producimos es naturaleza y salud, la humanidad la lleva utilizando 3.000 años", recalca. "Lo que hace es producir es beneficios para la salud de las pesonas, es tan evidente que creemos que no hay ningún tipo de capacidad de esgrimir lo contrario", apunta. 

El consejero de Agricultura, Francisco Martínez Arroyo, se ha comprometido hoy por parte de la Junta a dar su apoyo técnico y político. La parte técnica se ha concretado con la firma de un convenio con el Instituto regional de Investigación Agraria y Forestal. "El Iriaf va a apoyar a la asociación para que haya argumentación científica en todo lo que la asociación desarrolle a partir de ahora", expuso Arroyo. El presidente de la Asociación corroboró que lo van a aprovechar: "Vamos a elaborar un dossier técnico en el que nos vamos a aprovechar de la capacidad del Iriaf. 

Argumentos científicos para proteger la lavanda - Foto: Javier Pozo

Pero este proceso lleva también una fase política. Después de toda la fase de participación del reglamento, el borrador se presentaría a finales de año y necesita la aprobación del Parlamento Europeo. En ese punto, el consejero de Agricultura avanza que ya han solicitado reuniones con el Ministerio de Transición Ecológica y el de Sanidad. También empezarán a trabajar con el Grupo Parlamentario Socialista para luego ampliar sus contactos a otros partidos. Además quieren contar con la colaboración de otros países interesados en defender estos cultivos, como Francia, pues es un sector clave para la economía de zonas como la Provenza.

En España, Castilla-La Mancha acapara el 60% de la producción de España y no deja de crecer. Hace cinco años había 1.850 hectáreas y hoy son 4.082. Ha pasado de 112 agricultores a 267. El consejero destaca que también le interesa a los jóvenes agricultores, pues once de ellos se han incorporado al campo en la convocatoria de ayudas de Castilla-La Mancha con la intención de plantar lavanda y lavandín. Aunque Brihuega es el municipio más reconocible de este cultivo, la lavanda se ha ido extendiendo a puntos de las cinco provincias.

Arroyo aseguró que la Junta apuesta por estos cultivos y por eso se van a volver a sacar ayudas agroambientales para plantas aromáticas. Las ayudas agroambientales se cofinancian con dinero de Europa y exigen mayores requisitos medioambientales, a cambio de esta compensación. En Castilla-La Mancha se sacó una convocatoria en 2017 y ahora se acaba el período de compromiso, así que se va a sacar otra convocatoria de ayudas para el período 2022-23-24. Se convocará seguramente en marzo, tendrá un presupuesto de medio millón de euros y beneficiará a 1.000 hectáreas.