Toledo se llena de gente en pleno puente de la Constitución

O. Furones
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Los cascos históricos de nuestras ciudades vuelven a dibujar imágenes de las que no estábamos acostumbrados. La ebullición constante de visitantes en las calles, por ejemplo de Toledo, están haciendo de este puente un hecho insólito.

La Plaza de Zocodover llena en pleno puente de la Constitución.

El puente de la Constitución nos está dejando imágenes insólitas, después de un duro confinamiento, restricciones, cierres perimetrales y un sin fin de medidas, que hacían que las calles de nuestras ciudades en ocasiones fueran auténticos desiertos.

Con el avance de la vacunación, manteniendo a raya los casos positivos de coronavirus en la región, el turismo vuelve a ser un punto fuerte en nuestra provincia. Los cascos históricos se llenan de transeúntes movidos por el espíritu de la navidad, la gran oferta gastronómica, cultural o de actividades.

Las carreteras eran las encargadas de predecir y dar aviso del gran aluvión de gente que íbamos a tener paseando por las calles. Un ejemplo de ello es el caso histórico de Toledo, lugar de peregrinaje para muchos en estos días, que representa la viva imagen de épocas pasadas. Es tal la marabunta de gente, que recuerda a días en pleno Corpus. Y como tal migración masiva es imposible pasear tranquilo por las calles. No hay adoquín libre.

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Toledo se llena de gente en pleno puente de la Constitución

Lo cierto es que este puente de la Constitución está suponiendo para un sector como el hostelero, una previa de lo que se avecina cuando estemos rozando la navidad. En los comercios, terrazas, monumentos… mires donde mires la ebullición de visitantes es constante. Una gran noticia colgar el cartel de no hay habitaciones, de productos agotados, o incluso, aforo máximo. Y es que las ciudades vuelven a ser de las gentes, de las compras de navidad, y de los amantes de lo social. Toledo vuelve a ser, vuelve a respirar, el amor de sus gentes en la calle.