La magnífica presentación hace un par de martes del nuevo libro de Miguel Méndez en el salón de actos del Rafael Morales resultó una verdadera fiesta que dejó más que satisfechos a los asistentes; por mucho que me resista a escribir la palabreja no tengo más remedio que reconocer que resultó un derroche de diversión y regocijo aunque el título de la nueva obra sea bastante inquietante 'Cien leyendas y curiosidades de la comarca de Talavera' una vez más Miguel nos pone delante de la cara que no hay nada suficientemente oculto u olvidado para él, que domina los entresijos talaveranos y se dedica a contárnoslo libro tras libro a cual más imprescindible. Arropando al autor estaban en el Rafael Morales sus amigos de La Enramá: Ángel Monterrubio, Rafael Gómez y servidor de ustedes; los dos primeros hicieron una deliciosa presentación de Miguel y la nueva obra mientras yo andaba subido por la grada haciendo bulto con otros amigos alguno del Horcajo como Octavio de la Casa y hasta de Venezuela que asistieron al evento; lo verdaderamente importante es que entre las cosas que dijo y nos enseñó Méndez una de mucho interés es que proyectó una imagen en cerámica de un patrullero de la Santa Hermandad con sus mangas verdes, aquella institución creada por los Reyes Católicos tan necesaria en su tiempo y cuya continuación ahora, la Guardia Civil, sigue siendo en nuestros campos y nuestros pueblos igual de necesaria e ineludible si no más.
Hablan los cursis de la 'España vaciada' que es el nombre que dan a las partes y las regiones españolas que se despueblan irremediablemente pero nadie entra en profundidad a investigar las razones que desde luego son muchas y muy variadas, una de ellas, hablando de la Guardia Civil es la reducción de esta institución a mínimos tan inexplicables como insensatos por parte de las autoridades; sería maravilloso que no hiciera falta ninguna policía, ningún guardián del orden que hiciera cumplir las leyes, desafortunadamente no es así y son cada vez más necesarios, sobre todo en los ámbitos rurales y los pueblos que se hayan en estos momentos desprotegidos y abandonados a sus suerte: robos, okupaciones, sustracciones, gente que vigila las casas para avisar de la posibilidad de okupar o robar, desastres, desprotección, abandono, ley del oeste; ¿De verdad algún alcalde, alguna autoridad cree que las cosas funcionan solas gracias al carácter bondadoso y generoso de los chorizos? ¿Nos están tomando el pelo? ¿El dinero de nuestros impuestos destinado a policía como la Guardia Civil donde está, a donde va? ¿Algún cerebro privilegiado no ha pensado alguna vez que una causa del abandono del campo puede ser la desaparición de la Guardia Civil cuyo principal objetivo era precisamente el mundo rural y la inseguridad que acarrea?
¿No comprenden que así no se puede vivir?