El novillero de Torrijos, Álvaro Alarcón, se escapó de una espeluznante cogida, aparentemente sin consecuencias, al entrar a matar al primero de su lote.

En lo que parecía que simplemente era el golpe que el astado que le propinó al entrar a matar, ha desembocado, según informaba el entorno del torero que emitía la primera comunicación oficial:

Álvaro Alarcón tras la cogida sufrida en su primer novillo en la tarde dea yer en la plaza de toros de Las Ventas, derivado en primer lugar a la Clínica de la Fraternidad para estudio radiológico.

Se confirma rotura de costillas y perforación de la pleura. Es trasladado a la Fundación Jiménez Díaz para nuevo estudio radiólogo, confirmando el mismo la fractura de tres costillas y neumotórax.

Va a ser intervenido en las primeras horas de la mañana de hoy lunes. Se espera parte oficial y valoración del alcance de las lesiones

El sucesos se produjo al entrar a matar al segundo de la tarde, en lo que era su despedida como novillero de Madrid, cuando el animal hizo por él, y con un derrote seco le punteó las costillas. No obstante, Alarcón, que ya resultó volteado al hacer un quite al primero de la tarde cuando el animal lo empaló y lo lanzó por los aires, acabó con su oponente.

A pesar de ello, y con un diagnóstico radiológico pendiente, Alarcón salió a estoquear a su segundo novillo. Un animal que a pesar de no ser de triunfo, le permitió mostrar parte de sus repertorio, en una tarde en la que el aire fue un actor invitado, no deseado, que condicionó la labor de los espadas.