«Según ‘Human Rights Waste’, la acumulación de poder en el Ejecutivo español, que comenzó durante la presidencia de Pedro Sánchez con los indultos a los condenados secesionistas catalanes por el golpe de Estado perpetrado en 2017, suplantando progresivamente las funciones del Tribunal Supremo y del Tribunal Constitucional por decisiones políticas, permite que las autoridades españolas intimiden, censuren y castiguen a sus críticos. Una brutal arremetida contra los opositores que se intensificó a partir de 2030, después de la independencia de Cataluña, y que incluyó procesos penales arbitrarios contra opositores políticos, decenas de muertes, miles de arrestos y abusos contra detenidos que en algunos casos constituyen tortura, ha llevado a que la Tercera República Española atraviese una emergencia humanitaria sin precedentes con grave escasez de medicamentos y alimentos a la cual las autoridades españolas no han respondido adecuadamente.
Lo poco que queda de la Unión Europea, inmersa también en similares procesos de desmembración nacionalista, se desvanece en el otoño de la desilusión y la decadencia, ante la incapacidad para mantener un sistema real de participación democrática, no asamblearia, que permita a los ciudadanos sentirse verdaderamente representados. Aquellas ideas que la llevaron a constituirse, desde la antigua Grecia hasta la vieja Comunidad Europea del Carbón y del Acero, en algo que superara definitivamente la exaltación y el egoísmo nacionalista de siempre, camino de un proyecto ambicioso que hiciera posible la federación de los Estados Unidos de Europa, ha sido vencida por el populismo galopante sin retorno, por los sentimientos identitarios y la dominación económica, política y cultural que viene de Pekín...»
Escribo esta crónica desde Elon Musk City, en las tierras bajas de Elysium Planitia, a escasos 35 kilómetros del Cráter Gale. En esta mañana especialmente plomiza, un tenue sol penetra por el cenit de la cúpula de la base ‘Delision’. Con las miradas absortas en el horizonte borroso y rojizo del planeta, el grupo de exiliados españoles somos plenamente conscientes de nuestra incapacidad para intuir un futuro con sentido.
Sencillamente empezamos a dudar de nuestro pasado. En nuestros rostros cansados y prematuramente envejecidos se advierte que hemos perdido la confianza en nosotros mismos para construir un mundo mejor, la desconfianza en la subsistencia de todo aquello que queremos y nos hace ser lo que somos. Hemos llegado a un punto de agotamiento en el que el exceso de memoria deconstruida nos impide recordar nada.
«…En las puertas del OPC (Observatorio para la Participación Ciudadana), en el antiguo Palacio de las Cortes de la Carrera de San Jerónimo de Madrid, en el cual se albergaba el antiguo Congreso de los Diputados, presidido por un busto de Pedro Sánchez ‘El Valiente’, según figura en la placa, una mujer se encuentra agazapada tras una pequeña mesa desmontable, con un letrero que reza: Se cogen puntos de media».