Apenas han pasado 10 días después del Día Grande de la ciudad, cuando Toledo ha vuelto a rendir homenaje al Cuerpo de Cristo. Bajo un Sol bastante luminoso, pero agradable en cuanto a temperatura se refiere, toledanos  y turistas se encontraron con la procesión del Corpus Christi a pequeña escala. Muchos la esperaban tras el parón de la pandemia, y otros, también algunos toledanos, asistían atónitos ante un recorrido litúrgico que desconocían. En cualquier caso, la acogida fue realmente buena. Durante todo el recorrido, la procesión estuvo acompañada de fieles y espectadores.

A las 11:00 horas de la mañana comenzaba la pequeña fiesta en el interior de la Iglesia de Santo Tomé. Antes de celebrar la misa, los sacerdotes encargados de oficializarla, realizaron un pequeño paseo por el templo tras la Cruz Guía que portaba un monaguillo. Una hora después, la Custodia venerada partió junto a medio centenar de hermanos hacia la plaza del Conde, acompañada del canto de sus feligreses y de una banda de música que entonó el himno de España tanto a su salida como a su llegada a la Iglesia. Siguiendo por Taller del Moro y pasando por la plaza de El Salvador, la comitiva llegó hasta la plaza del Ayuntamiento y la Catedral Primada, donde la esperaban el Deán, Juan Pedro Sánchez Gamero, y su séquito eclesiástico. Allí, junto a la mayor cantidad de espectadores, los sacerdotes retiraron el Sacramento de la Custodia para bendecirlo junto al Templo Primado. Una vez colocado de nuevo, la procesión siguió su curso hacia la calle Arco de Palacio y Nuncio Viejo.

Durante la misa y el itinerario, a este "otro Corpus" lo acompañaron Francisco Rueda, concejal en representación del equipo de Gobierno Local, y los populares Juan José Alcalde y José López Gamarra. Durante parte del recorrido procesional también se dejó ver Erwan de la Villeon, consejero delegado del parque temático 'Puy du Fou', aparentemente afincado ya a las costumbres toledanas.

Más fotos:

La comitiva, por tanto, llegó de vuelta a la Iglesia de Santo Tomé casi una hora después de partir por la misma ubicación, pero antes de entrar a la misma se desvió para vivir uno de los momentos más característicos de esta bonita procesión. La Custodia y toda la procesión se adentraron en el Convento de San Antonio para recibir el canto y los rezos de sus hermanas franciscanas. Una vez dados estos pasos, la Custodia volvió a su feudo después de brillar bajo el Sol de un Toledo que, ahora sí, cierra su Semana Grande como Dios manda, celebrando sus tradiciones.