Terna en hombros en el Día de la Región

Mario Gómez / TORRIJOS
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Torrijos celebró un festejo taurino con motivo del Día de Castilla-La Mancha en el que Victor Hernández, Villita y Jorge Molina se repartieron ocho orejas y abandonaron en hombros el coso

Hernández, Villita y Molina lidiaron un potable encierro de Alcurrucén. - Foto: L.T.

Castilla-La Mancha cuenta con una amplia baraja de novilleros de lo que buena muestra se dio en la tarde del pasado 31 de mayo en Torrijos. 

Precisamente con motivo del día de la región, se programó un atractivo cartel en el que Victor Hernández, Villita y Jorge Molina, despacharon una interesante, pero con matices, novillada de Alcurrucén.

Abrió la tarde Víctor Hernández ante un utrero de la familia Lozano que se desplazó con alegría y permitió al alcarreño mostrar disposición y ganas. Hernández, que viene de salir por la Puerta Grande de Madrid, se mostró como un novillero muy asentado, con un concepto clásico, con el que logró encandilar al respetable. Dos faenas similares en las que el denominador común fue la voluntad y las ganas, y no escatimó en esfuerzos para buscar la máxima repercusión posible de su triunfo, sabedor de la dificultad que supone entrar en las principales ferias. Paseó sendas orejas de cada una de sus faenas, para sumar un total de dos, y abandonar el coso en hombros junto a sus compañeros.

Juan José Villa, «Villita», mostró en el comienzo de su temporada que aquel novillero que encandiló sin caballos mantiene el gusto que siempre le ha caracterizado. Un toreo clásico, de manos bajas, y empaque sobre todo en el toreo con el capote. Con la muleta, se vivieron momentos de mucho gusto y donde dejó un grato sabor de boca el epílogo del 5º, al que de uno en uno, recetó buenos derechazos. Desorejó a su primero y sumó un apéndice más del segundo de su lote, para abandonar el coso con un total de tres orejas.

Mismo resultado numérico cosechó Jorge Molina. Sabedor de que se encontraba en su pueblo, no quiso dejarse ganar la partida y sorteó al mejor animal del encierro en tercer lugar. Un animal al que Molina realizó una brillante faena, de la que paseó un único trofeo tras malograrla con la espada. Es asignatura pendiente del torrijeño la de enderezar el viaje de los aceros puesto que volvió a pinchar ante el sexto. Un animal algo más descompuesto al que igualmente realizó faena y, a pesar de ser feamente volteado en dos ocasiones, logró desorejar.