Acompañada Soledad

J.S.
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Un millar de mujeres vestidas de negro y la Escuadra de Armados escoltaron a la Virgen de la Soledad en la procesión de la noche del Viernes de Dolores que abrió la Semana Santa toledana con buen tiempo y numeroso público.

Dos filas interminables de silencio y recogimiento. Un joven y en torno a un millar de mujeres vestidas de luto, con velo y guantes negros escoltaron a la Virgen de la Soledad, que este año estrenó el nuevo pavimento de la calle la Plata, San Vicente y Cardenal Lorenzana en el que reverbera tenuamente el reflejo de las velas que portaban. En perspectiva  el millar de pequeñas llamas formaron un cordón de luz, que anticipaba la presencia en las calles de la Soledad, que no pudo estar mejor acompañada.

El recorrido procesional estuvo jalonado por miles de personas que en silencio contemplaron con fervor mariano la talla de finales del siglo XIX del maestro Mariano Bellón portada en una carroza de madera que el año que viene lucirá restaurada. El silencio del cortejo,  a veces un tanto descompensado porque se formaron algunos espacios que los miembros de la Junta de la Directiva intentaron corregir pidiendo a las integrantes del cortejo que fueran avanzando sin prisa, solo fue roto por la banda de tambores del Descendimiento, que abrió la procesión y por la banda de música 'Ciudad de Toledo', que la cerraba.  

Vecinos y turistas se concentraron a la salida de la iglesia de Santa Justa y Rufina  y en la plaza de San Vicente, donde se ensancha el itinerario, para no perderse el paso de una Virgen con una cara arrasada de lágrimas y admirar su manto de terciopelo negro liso, su corona de plata y su corazón del mismo metal tan brillante como la decoración floral del paso en tonos morados y malvas.

Un bosque de velas acompaña a la Virgen de la Soledad.Un bosque de velas acompaña a la Virgen de la Soledad.La Virgen de la Soledad cuenta además con una escolta de excepción llena de historia. Se trata de la Escuadra de Armados, cofrades que visten parte de las armaduras cedidas por el Conde de Fuensalida a finales del siglo XVII.  Entre ellos también pudo verse a una mujer. Fueron realizadas por el maestro armero Melchor González Chávarri en 1686, incluidas las de sargento y alférez. Toledanos y turista volverán a verlos el Viernes Santo, repartidos entre la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad, única talla que procesiona dos veces aunque dentro de una semana lo hará con un manto bordado en oro, y el Capítulo de Caballeros del Santo Sepulcro.

Tras dos horas de procesión, la imagen de la Soledad volvía a su sede canónica, la iglesia mozárabe de las santas Justa y Rufina. Antes de recogerse, los fieles que allí la esperaron cantaron una sentida Salve.

Más fotos:

Cerca de mil mujeres acompañan a la Virgen de la Soledad
Cerca de mil mujeres acompañan a la Virgen de la Soledad - Foto: Ismael Herrero/EFE
Las hermanas de la Cofradía visten de luto riguroso y velo y guantes negros.
Las hermanas de la Cofradía visten de luto riguroso y velo y guantes negros. - Foto: Ismael Herrero/EFE
La Escuadra de Armados escoltó a la Soledad por las calles de Toledo.
La Escuadra de Armados escoltó a la Soledad por las calles de Toledo.
La banda de tambores del Descendimiento abrió la procesión.
La banda de tambores del Descendimiento abrió la procesión.

La presencia institucional estuvo encabezada por la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón, que antes de ser regidora desfilaba como una dama más acompañando a la Soledad. En esta ocasión presidió la procesión acompañada de las concejalas Noelia De la Cruz y Ana Belén Abellán. También procesionó la concejala de Vox, María Ángeles Ramos. Tampoco quiso perderse la procesión el candidato del PP a la Alcaldía de Toledo, Carlos Velázquez, que la siguió desde diversos puntos del recorrido.