Iberdrola se anticipa a la transición energética con su alianza con los ODS

Redacción
-

La compañía entiende que el camino para la recuperación y el empleo debe estar asociado a cumplir la Agenda 2030

Iberdrola se anticipa a la transición energética con su alianza con los ODS

Iberdrola tiene incorporados los ODS de la Agenda 2030 y convierte a sus principios medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) en la base de su modelo de negocio. Además, trabaja de forma decidida para involucrar a toda su cadena de valor en esta exigencia, con el objetivo de que los mercados financieros orienten sus inversiones solo a proyectos verdes y sostenibles, que los clientes solo valoren las soluciones más responsables y que nuestros proveedores y empleados apuesten por proyectos construidos sobre principios verdes.

En base a su actividad principal (generar, distribuir y comercializar energía), Iberdrola focaliza sus esfuerzos en dos objetivos principales: el 7 (energía asequible y no contaminante) y el 13 (acción por el clima), contribuyendo de manera adicional y muy relevante al objetivo 9 (industria, innovación e infraestructura) y al 15 (vida de ecosistemas terrestres). 

En este contexto, la empresa entiende que el camino para la recuperación económica y el empleo debe ser necesariamente verde y estar asociado al cumplimiento de la Agenda 2030 para que se realice de forma sostenible. Esta convicción ha convertido a Iberdrola en un grupo pionero en la transición energética y líder en energías renovables, en España y globalmente, tras realizar inversiones de más de 120.000 millones de euros en los últimos 20 años; de estas, 30.000 millones han ido destinadas a España. 

«Nos anticipamos a la transición energética y nos hemos convertido en un referente internacional en la lucha contra el cambio climático, tanto por los avances de nuestra actividad renovable como por nuestro compromiso de convertirnos en una compañía neutra en carbono en Europa en 2030; veinte años antes que lo establecido por Europa», indica un portavoz de la compañía. Para seguir liderando el proceso, tiene la intención de seguir invirtiendo en las palancas de la transición, como son las energías renovables y las redes eléctricas inteligentes, con un plan de inversión de 75.000 millones de euros hasta 2025 -serán 150.000 millones hasta 2030- que permitirá duplicar su capacidad renovable hasta los 60.000 MW. 

Compromiso para desarrollar las economías locales

Durante los momentos más críticos de la pandemia, Iberdrola puso en marcha un plan de acción global, integrado por más de 150 iniciativas, dirigidas a proteger la salud y seguridad de sus trabajadores; mantener la continuidad de sus servicios esenciales para sus más de 100 millones de clientes en el mundo; proveer material sanitario de primera necesidad; reforzar el sistema energético de las infraestructuras esenciales, como hospitales o instalaciones medicalizadas, y responder las demandas de sus clientes más vulnerables. 

En el ámbito socioeconómico, la compañía decidió en marzo de 2020 acelerar las compras a proveedores, para dar visibilidad a un trabajo a corto y medio plazo, adelantando pedidos a proveedores por casi 4.000 millones de euros en el primer trimestre de 2020; de estos más de 940 millones a empresas españolas. Solo en marzo, coincidiendo con el inicio del confinamiento, se adjudicaron hasta 2.900 millones de euros, un 75% del total del trimestre. Al cierre de 2020, las compras a proveedores se habían elevado a 14.000 millones de euros -eran ya 18.000 millones de euros a marzo de 2021- y han permitido sostener 400.000 empleados entre sus más de 22.000 proveedores en el mundo.

En el capítulo de inversiones, las elevó a cerca de 10.000 millones de euros en 2020 con el mismo objetivo, contribuir a la reactivación económica y el empleo; unas inversiones que se verán superadas hasta los 17.000 millones de euros. En este período, Iberdrola dirigió sus actuaciones al mantenimiento del empleo, al de sus proveedores y también al directo, con la contratación de 3.800 puestos de trabajo en 2020, que se han elevado a cerca de 6.000 profesionales en 2021. 

Durante la pandemia, se activó un plan para garantizar el suministro de los más de 100 millones de clientes del grupo Iberdrola en el mundo y se abordaron acciones en servicios de primera necesidad, como los hospitales, con el objetivo de asegurar y reforzar su suministro energético. Asimismo, se activó un plan ayuda a clientes para aliviar la crisis de la COVID-19, especialmente a los más vulnerables, y otro específico de protección para empleados, tanto para los que teletrabajaron como para los que actuaron en primera línea, manteniendo servicios esenciales.

Desafíos sostenibles para un futuro verde

El COVID-19 ha acelerado la adopción de posiciones que reclaman una forma diferente de abordar los proyectos, tomando como referencia principios verdes. 

Con los gobiernos de las primeras economías trabajando en la misma dirección, la presión de los mercados e inversores y las exigencias de un ciudadano más concienciado y activista, las empresas solo pueden reforzar sus estrategias y acciones para acelerar la transformación. 

Iberdrola comenzó a trazar este camino hace dos décadas y en los últimos 20 años este compromiso le ha permitido mantener un crecimiento sostenible y rentable -después de enfocar inversiones y proyectos hacia una economía verde-, con emisiones que hoy son tres veces inferiores a la media de nuestros competidores. De hecho, esta estrategia de inversión en energía limpia y redes llevará a la compañía a convertirse en neutra en carbono en Europa en 2030.

En estas décadas, también ha sido fiel a su compromiso con la creación de valor sostenible para sus accionistas, empleados y el conjunto de la sociedad y ha seguido fortaleciendo las iniciativas que configuran su dividendo social, con el objetivo de que su actividad revierta positivamente en todas aquellas comunidades en las que opera. 

Esta estrategia ha llevado al grupo a orientar y medir sus actividades en torno a los ejes ESG, y a poner en marcha más de 350 medidas, que se recogen en su plan Energía para avanzar, que le permitirá consolidar su liderazgo en la transición energética, fomentar la innovación y contribuir a la reactivación y la transformación de la economía y empleo. 

Este plan vela por la preservación de la biodiversidad y los ecosistemas, la igualdad y diversidad de la organización, el mantenimiento de una compañía sin brecha salarial, el trabajo conjunto con su cadena de suministro para promover su sostenibilidad -Iberdrola se ha comprometido a que al menos un 75% de sus proveedores cuenten en 2025 con políticas de sostenibilidad propias- y el acceso a la electricidad en países emergentes y en vías de desarrollo, para proteger a los clientes vulnerables y trabajar en la igualdad de oportunidades.