Pilar Gil Adrados

Entre Encinas

Pilar Gil Adrados


El litio y la estrategia de la transición energética

02/06/2022

Hasta septiembre, el Guggenheim de Bilbao exhibe, comisariada por Norman Foster, 'Motion. Autos, Art, Architecture'. Una sugestiva exposición que, descubriendo al automóvil desde dimensiones artísticas cada cual más bella, ilustra como el hombre ha empleado su ingenio para conseguir un medio de transporte cada vez más rápido y eficiente.  Los vehículos, que han cambiado nuestra forma de vivir y han transformado drásticamente nuestro entorno, ahora también son protagonistas de la transición energética porque necesitan baterías para funcionar con electricidad.
Que el calor y la luz del sol es un canto a la vida porque caldeaba los hogares, estimulaba las plantas y la maduración de los frutos o que la fuerza del viento impelía velocidad a sus naves, ahorrando esfuerzo a los remeros, y a las aspas de sus molinos, convirtiendo las muelas el trigo en harina, eran hechos bien conocidos por nuestros ancestros desde que se decidieron a poblar con cierto orden la tierra. Sin embargo, a pesar de su decidido afán por conseguirlo, acumular la energía para usarla, con frío y viento en calma, o moverla de un lugar a otro es un logro aun en ciernes en nuestra época.
Por esta razón, hasta hace bien poco, la inmensa mayoría de la energía empleada por el hombre provenía de fuentes fósiles, que pueden almacenarse y transportarse, lo que también acarreó que gran parte del mundo dependa de la otra menor parte del mundo, que custodia esas reservas naturales. La crisis del petróleo de los años setenta ya fue una advertencia que sirvió de acicate para buscar fuentes alternativas y fórmulas para guardar energía. Entonces comenzó el desarrollo de las baterías de ion de litio que justificaron la concesión conjunta del Premio Nobel de Química 2019 a Goodenough, Whittingham y Yoshino porque «pueden almacenar cantidades significativas de energía solar y eólica, haciendo posible una sociedad libre de combustibles fósiles».
El litio, según el estudio prospectivo de la Comisión Europea de 2020 Critical Raw Materials for Strategic Technologies and Sectors in the EU, es un metal estratégico porque el riesgo de que falle su suministro es muy alto, ya que en la EU se producen 100 toneladas y se consumen 3.000 y porque se prevé que la demanda de baterías de iones de litio aumente un 30% anual en los próximos 10 años. Por ello, los fondos europeos promueven y financian proyectos mineros en territorio europeo, como los extremeños, para transitar hacia la descarbonización de las fuentes energéticas.
En un documento de opinión de Cique Beltrán publicado por el Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE) se recoge cómo la mayor producción bruta del litio conocida- algunos países como EEUU no la declaran por considerarlo un bien estratégico-, no se procesa en origen por polémicas medioambientales o sociales y lo hace en los países asiáticos, principalmente en China que domina su mercado. Dada su importancia, señala que habrá que decidir si explotamos nuestros recursos de manera responsable para disminuir nuestra dependencia o seguimos comprando fuera al precio que marquen las circunstancias.