Toledo se adentra en la nueva normalidad pospandémica con la mejoría de los datos de incidencia y la amplia cobertura de la campaña de vacunación. El final generalizado de las restricciones en el conjunto de España alienta la movilidad social e impulsa el turismo en la ciudad patrimonio de la humanidad. Tras meses con magras cifras de negocio, la capital regional mira con optimismo los meses del otoño, tradicionalmente buenos para los sectores hotelero y de restauración.

El fin de semana, inicio del puente que coronará la celebración de la Fiesta Nacional el martes 12, ha acercado a miles de visitantes a la ciudad. El reclamo coyuntural de Farcama, el atractivo estacional de Puy du Fou y el atractivo permanente del Casco histórico han propiciado un ambiente apenas visto desde marzo de 2020.

Se han visto calles colmadas en las principales arterias del distrito uno de Toledo, aparcamientos completos y colas ante las puertas de monumentos y museos, como el del Ejército. Las llegadas de turistas, de origen nacional en su mayor parte, han animado a bares, restaurantes y pequeñas tiendas. Se espera que en los dos próximos días se mantenga una influencia también elevada.