Tras dos años sin eventos taurinos, la localidad sagreña de Lominchar ha vuelto por todo lo grande. El Ayuntamiento programo dos sueltas de toros desde el cajón la noche del sábado y la mañana del domingo. Mientras que los toros a lidiarse en la corrida de toros, se pasearon por el asfalto de la calle Palomeque para el disfrute de los vecinos y curiosos.

Ya por la tarde en el coso portátil hacían el paseíllo ante unos cuajados tendidos los matadores de toros Mario Sotos y Ruiz Muñoz que se las vieron con una corrida de toros de Garzón Valdenebro. Astados bien presentados, nobles y que dieron buen juego, no fueron un derroche de poder y fuerza, pero facilitaron la labor a los espadas, siendo ovacionados los cuatro animales al arrastre.

Mario Sotos estuvo con el primero cuidadoso y tras confiarse se fue acoplando con el burel hasta dejar buenos pasajes por ambos pitones, Al finalizar este primer capítulo el palco le premió con una oreja. Volvió a estar entregado en el que hizo tercero que tenía mucha clase y supo aprovecharla. Tras matar al segundo intento el respetable le pidió el trofeo que le fue concedido, permitiéndole abrir así la puerta grande.

Mario Sotos demostró el buen momento en el que se encuentra. - Foto: Carlos PintoEl otro integrante del cartel fue Ruiz Muñoz que sorteó en primer lugar un burel de extraordinaria condición que hacía el avión embistiendo. El matador estuvo precavido de principio, pero la boyante clase del toro le facilitó la faena en estética y entrega. Al finalizar su acto le concedió el presidente dos orejas del gran astado de Garzón Valdemoro. Otra oreja le cortó al que cerró el festejo, con el que se le vio un toreo entregado de capa y de clase y pureza con la muleta, quizás los pasajes más llamativos del festejo. Toreo relajado por ambos pitones y el resultado fue un trofeo que le sumo a tres totales.

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