«Nos exprimen, nos insultan y nos injurian». Quienes así se sienten son los empresarios o al menos los empresarios toledanos que temen que cualquier día «algún iluminado» se invente un nuevo delito: el de ser empresario»

En un duro editorial publicado en la revista corporativa de Fedeto, la patronal toledana denuncia que el Gobierno y/o los partidos que lo sustentan está presentando a los empresarios como «capitalistas despiadados» que «contratan mal, pagan peor y se enriquecen injustamente con la inflación».

«Enarbolando la bandera social se afirma que si las cosas van mal es por culpa de los empresarios cuando, sin embargo, la realidad demuestra que las cosas en España van mal como consecuencia de decisiones populistas», subraya el editorial que ofrece argumentos para desmontar cada uno de los argumentos que ponen al empresariado en el centro de la diana.

El editorial de la patronal toledana, publicado en el número del mes de febrero, censura el argumento de que las empresas se estén aprovechando de los consumidores subiendo los precios. «Lo que está pasando es que los altos precios de la energía y de las materias primas nos provocan un brutal incremento de costes de producción que no podemos repercutir íntegramente en el mercado».

Por contra, Fedeto sí señala como «beneficiario» de la escalada de precios al Estado. En el artículo cuya estructura recuerda al 'Yo acuso' de Emile Zola publicado durante el caso Dreyfus en el periódico francés L'Aurore el 13 de enero de 1898, la patronal toledana explica sin tapujos por qué. «Cuando más suben los precios más recauda el Estado en impuestos». Especialmente con el IVA y el resto de impuestos indirectos.

Además, y para acabar con el tema de la escalada de precios, Fedeto desmiente de forma tajante que los empresarios se «aprovechen» de los trabajadores no subiendo los salarios lo mismo que lo hace el IPC». Lo que pasa, desde la perspectiva empresarial, es que «en realidad, no hay dinero para hacerlo».

Fedeto tampoco cree que el mercado laboral esté funcionando a la perfección desde la entrada en vigor hace un año de la nueva reforma laboral. «La realidad dice que el crecimiento del empleo va mal porque los datos del propio Ministerio de Trabajo demuestran que tenemos algo más de 20 millones de afiliados a la Seguridad Social, pero sólo 4 de cada 10 contratos son fijos a tiempo completo, porque, gracias a la reforma de la reforma laboral, más del 50% de los contratos de trabajo son a tiempo parcial o fijos discontinuos».

exceso de gasto público. El editorial de la revista corporativa de la patronal toledana también detecta otro problema estructural de la economía española: «un gasto público sobredimensionado».

«El Estado no gestiona las cuentas públicas con los mismos criterios de eficiencia económica que el resto de Europa. Criterios con los que podríamos conseguir, como consigue Europa, que las empresas fueran más competitivas», subrayan. Y defienden el argumento con un dato: la eficiencia del gasto público en España es un 14% inferior a la media de la OCDE. Esta ineficiencia equivale, más o menos, a 60.000 millones de euros, cifra que equivale a lo que se recauda por IVA en un año.

Un gasto público ineficiente que es también la causa del déficit público que en 2021 alcanzó el 6,87% del PIB  y que hay que financiar a base de deuda. «Y por eso nuestra deuda pública supone 1,5 billones de euros», explican desde Fedeto, que recuerda que esta cifra equivale a la totalidad de lo que recauda la AEAT en siete años y que obliga a tener que pagar unos intereses anuales de 30.000 millones de euros. «Por eso nos suben los impuestos cuando toda Europa los baja».

la nómina de las pensiones. La patronal toledana también analiza el gasto en pensiones. En este sentido señala que la realidad lo que dice es que «con solo dos cotizantes por pensionista, la nómina de las pensiones ha subido hasta los 190.000 millones de euros al año». «Todo el presupuesto de Defensa son 26 días de nómina de las pensiones; todas las obras públicas en España son 51 días de nóminas de pensiones y todo el sistema educativo son 4 meses de nóminas de las pensiones».

La patronal recuerda además que el sistema público de pensiones cuenta con un déficit de 30.000 millones de euros. «Y consideran que es de justicia social tener este déficit», ironizan para después añadir que «por eso vuelven a romper el diálogo social y suben el Salario Mínimo Interprofesional un 8% -el 46% desde el año 2018-, pero sin explicar que el artículo 19.2 de la Ley general de la Seguridad Social establece que las bases mínimas de cotización de todos los regímenes de la Seguridad Social suben el mismo porcentaje que sube el SMI, incrementadas en un sexto. Vamos que subir el SMIno es más que una excusa para volver a meter mano en el bolsillo de los empresarios y de los trabajadores. Pero, además  el afán recaudador no se agota en la subida automática de las base mínimas de cotización porque luego «la subida del Salario Mínimo es  utilizada como argumento para subir las tablas salariales de los convenios colectivos», concluye el contundente editorial.