El mural de San Miguel ha perdido numerosos azulejos

Leticia G. Colao
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Las piezas se ahuecan por las humedades que se filtran del inmueble, deteriorado y sin ningún mantenimiento. Rehabilitarlo supondría entre 30.000 y 70.000 euros.

El mural de San Miguel ha perdido numerosos azulejos - Foto: L.G.C.

La historia vuelve a repetirse. El mural cerámico de la plaza de San Miguel ha sufrido el desprendimiento de numerosos azulejos, que dejan una lamentable imagen de un proyecto que, justamente, buscaba lo contrario. El panel, con más de 6.000 azulejos y firmado por Santos Timoneda, forma parte del plan Urban, de fondos europeos, y tenía como objetivo revitalizar esta zona con una enorme obra cerámica ubicada en la plaza pero que también se disfruta desde la calle Portiña de San Miguel.

El estado actual del mural que recubre la fachada de los edificios adosados a una de las torres de la antigua muralla, es realmente lamentable. En la parte del panel que mira a la plaza, sobre la trasera de un edificio cerrado y sin vecinos, son numerosos los azulejos caídos, algunos de ellos retirados por el Ayuntamiento ante el riego de desprendimiento. Los últimos caídos han venido provocados tras las fuertes lluvias. En la otra parte, que mira a la Portiña, también se han ahuecado por las filtraciones de agua, pero no se ha desprendido aún ninguna pieza.

La concejala de Imagen Sostenible de Ciudad, Montserrat Muro, es consciente del problema desde hace años, incluso poco después de su instalación, en 2015, cuando ella estaba en la oposición, indica a La Tribuna. «Es un problema mal planteado de origen», explica, ya que el panel se ubicó «sobre un edificio privado y en una situación lamentable, cerrado y sin ningún tipo de mantenimiento; preveíamos que podía ocurrir y ha ocurrido».

Muro explica que el mortero de cal sobre el que están cimentadas las piezas es mortero de la época del edificio, «que con las filtraciones de agua se va deshaciendo y cayendo». Estas filtraciones ya obligaron a vallar la zona lateral durante mucho tiempo.

El actual equipo de Gobierno ya ha pedido varios informes técnicos al respecto, el último fechado en el pasado mes de mayo, después de una valoración in situ con una plataforma elevadora. El problema no es solo la ubicación sobre una propiedad privada, sino el coste que tendría su reparación para las arcas municipales, que variará dependiendo del tipo de adherencia de los azulejos aún en pie, y que se mueve entre los 30.000 y los 70.000 euros. Esto no se conocerá hasta que se retiren.

Muro explicó además que, al estar en una propiedad privada, el Ayuntamiento no podrá impedir que el propietario, cuando así lo estime oportuno o le ofrezcan hacer una nueva promoción de viviendas, pueda tirarlo si vende el edificio. Y es que no existe «ningún compromiso» para que la propiedad del inmueble lo mantenga en unas condiciones que permitan que el mural luzca como debe lucir.

La responsable municipal cree fundamental tener en cuenta la «durabilidad» de un proyecto que se instala en la calle, algo que pueda tener largo plazo y por supuesto, buenas condiciones.

Desde el Ayuntamiento están haciendo seguimiento del mural cerámica siguiendo el consejo y la experiencia de los técnicos municipales, «porque creo que son los que más saben y los que mejor solución van a dar para arreglar esto», indica Muro. En este sentido, destaca que en el panel de San Miguel tampoco se contó con ellos, aunque sí advirtieron al anterior equipo de Gobierno que daría problemas, evidentes por el deterioro del inmueble.

Lo que se haga finalmente para su rehabilitación, añadió la concejala, «se hará con una garantía porque es dinero de los ciudadanos».