Ocurre generalmente que cuanto más se presume menos se poseen esas cualidades que nos atribuimos: «dime de lo que presumes y te diré de lo que careces». Es un refrán muy antiguo.
No voy a hablar de fútbol, no estoy capacitado para ello y sobre todo sobran espacios en cualquier medio de comunicación que hablan de este deporte. Quiero aprovechar este asunto para repasar la situación moral, ética y legal en que vivimos. Porque no es solo que quién dice ser más que un club lleve razón, y la tenga, porque además de club es 'chorizo' o 'butifarra', sino porque la corrupción, por lo que se ve, está más extendida que el Covid en 2020.
Porque las corrupciones que se están destapando no son los llamados 'hurtos famélicos', lo que se llama robar para comer, se trata, en todos los casos que se descubren de verdadera depravación. Este que presume de ser más que un club, ha tenido unos jugadores en los últimos años que han sido la envidia del mundo futbolístico. ¿Qué necesidad tenía de amañar la competición? Los 'Bernis' y adláteres son personas con unas retribuciones dignas ¿Cómo pueden ser capaces de embadurnarse de ocre para triunfar en clubs de alterne?
Ninguno de los personajes envueltos en los escándalos que día a día se descubren, justifica su acción narrando una necesidad propia o de sus allegados. Casi siempre el producto de estos latrocinios termina en gastos 'estentóreos' como diría Jesús Gil, o en clubes de baja estofa.
Lo anterior pone de manifiesto dos cosas: la primera, que no podemos estar orgullosos del nivel moral de nuestra sociedad cuando se descubren tantos amaños. La segunda es que parece que tenemos un sistema legal-judicial que no es garantía de nada. No sabemos cuántos asuntos de estos calibres quedan impunes, pero lo que sí sabemos es que al menos durante años campan por sus fueros. Que muchos indeseables se hacen ricos con la corrupción, y que, cuando menos, durante años viven como rajás sin que jamás se recupere todo lo distraído y muy pocas una porción de ello.
No es casualidad que esto ocurra. La actitud que mantiene nuestro gobierno con la huelga de los altos funcionarios de la Administración de Justicia, lo explica perfectamente. Cuanto más obsoleto y paralizado esté este servicio básico, menos escándalos saldrán a la luz. Esta huelga tiene paralizado el sistema y nuestro gobierno no mueve un dedo por solventarlo. Está demostrando con ello que la luz y taquígrafos no le viene nada bien, sobre todo en tiempos de elecciones y eso es por algo y no bueno.
¿Qué hace la sociedad ante esta podredumbre? Desgraciadamente el nivel de corrupción está tan extendido que ya no nos escandalizamos, hacemos lo mismo que con el fútbol, los hinchas de un club ven penalti y los del rival mano involuntaria (o como se diga) Por eso, nuestros dirigentes se pueden permitir el lujo de mantener un nivel de inmundicia que en otros lugares con más nivel ético serían insoportables. Porque hay países donde falsificar una tesis doctoral inhabilita para cualquier cargo público, cuando en España aún se les hace presidentes del gobierno. Obviamente hay sitios peores, como los que se rigen por sistemas bolivarianos… Ahí nos quiere llevar nuestro gobierno… coaligado con los que proclaman que son más que un club…