En el verano de 1934 Pablo Ruiz Picasso y su esposa Olga Khokhlova, viajan a España en un viaje «secreto» en el que recorren varias ciudades de nuestro país. El devenir de los acontecimientos, Guerra Civil y II Guerra Mundial, sumado a los años posteriores de dictadura, hacen que Picasso no vuelva jamás a pisar suelo español. Pablo Ruiz Picasso, (Málaga 1881), había anunciado que no volvería a España hasta que no se instaurase una democracia, algo que con su muerte en 1973, no pudo materializarse.
Durante este viaje, fechado en los meses de entre junio a septiembre, el matrimonio recorrió varias ciudades. Burgos, Zaragoza, San Sebastián y Toledo, fueron algunas de las paradas de este viaje «de incógnito», en el que seguramente estuvieron acompañados de su hijo Paulo, de entonces 13 años.
Precisamente que la familia estuviera en la capital de Castilla-La Mancha es algo que hasta hace no demasiado pasaba prácticamente desapercibido. Tanto que en este viaje casi «secreto», son escasos los vestigios.
Casi de forma fortuita, durante un viaje de miembros del museo toledano a su homólogo suizo de Basilea, el Kunstmuseum Basel, con motivo de la exposición 'Picasso-El Greco', se percataron que la fotografía que anunciaba la muestra les era ciertamente familiar.
No obstante, en la placa identificativa de la misma se aclaraba que el posado del matrimonio era en el porche de la casa-museo 'El Greco', en Toledo, un viaje desconocido y que sirvió como germen de la exposición.
Así lo explicó Rosa Becerril, directora del Museo del Greco, ante los medios en la inauguración de la exposición. Un espacio que estará habilitado hasta final de año, y que expone cuatro reproducciones de fotografías «de ámbito familiar» que formaban parte del álbum familiar y que nunca fueron publicadas en la prensa del momento.
Además de las instantáneas, la muestra ofrece la reproducción a gran escala de un dibujo en el que Picasso invoca la inspiración de dos de sus fuentes: El Greco y Velázquez. En el lienzo, donde se aprecian multitud de esbozos, el propio artista malagueño deja una frase muy significativa: 'Greco, Velázquez, inspirarme'.
La admiración del pintor y escultor por el artista cretense, especialmente durante su juventud, y el descubrimiento de las cuatro instantáneas tomadas en el Jardín Alto y en el espacio que precede al porche, y que permanece prácticamente igual en la actualidad; han provocado que desde el museo toledano se hayan querido sumar al a la celebración del Año Picasso.
En lo que a la postre fue el último viaje de Picasso a España, ya que Picasso prometió no volver a España hasta que no se instaurase la democracia, y que no llegó a contemplar ya que falleció en 1973, se puede ver al pintor y escultor en diferentes tesituras en un enclave reconocible.
Asimismo, junto a la foto más significativa se encuentra una reproducción de un artículo publicado en la revista Blanco y Negro (ABC) en su número del 23 de septiembre de 1934, el único artículo de prensa que se hace eco del paso del artista por el Museo del Greco, y que sirve para completar una exposición que homenajea a Picasso en el 50 aniversario de su muerte.