Aunque los orígenes de Alfa Romeo (entonces solo Alfa) se sitúan en 1910, su actividad industrial se remonta a 1906, cuando el fabricante francés Pierre Alexandre Darracq abrió una planta en Milán para producir sus vehículos para el mercado italiano. Sin embargo, sus coches eran demasiado pequeños para unos automovilistas transalpinos que ya buscaban sensaciones y espíritu deportivo, por lo que dejó el proyecto en 1909.
Sin embargo, su director general, Ugo Stella, no se dio por vencido y contrató a un aparejador, Giuseppe Marosi, para diseñar dos automóviles de altas prestaciones.
En 1909, la marca ya contaba con un modelo, el 24 HP, que incorporaba un motor monobloque de cuatro cilindros capaz de alcanzar los 100 Km/h.
Innovación y potenciaSin embargo, la Primera Guerra Mundial supuso un giro radical en la vida de esta empresa, que pasó a producir armamento con un nuevo propietario, Nicola Romeo. Al final del conflicto, regresó a la fabricación de automóviles añadiendo su apellido. Nacía Alfa Romeo.
Los años 30 supusieron una época dorada para la marca, gracias a una escudería llena de pilotos míticos, un dominio casi absoluto de la categoría Grand Prix y a la llegada del mítico ingeniero Vittorio Jano, que definió tres grandes características de los coches Alfa Romeo: simplicidad estructural, sofisticación mecánica y máxima potencia.
En 1949, un Alfa Romeo hace historia con el Alfa Romeo 6C 2500 Villa d'Este. Un automóvil icónico que dejó huella en el estilo de la casa con elementos como la calandra triangular, presente en el frontal de todos los Alfa desde entonces.
Innovación y potenciaEn 1950 Alfa Romeo abrió una nueva era con el 1900, obra de Orazio Satta Puliga. Además de ser el primer modelo con el volante a la izquierda, también fue el primero en ser producido en una línea de montaje. Una alternativa ágil, ligera y fácil de conducir que se convertiría en el Alfa más vendido hasta entonces. Ganó importantes competiciones y estrenó una nomenclatura en su gama que sigue utilizándose, con las versiones Ti, Sprint, Súper Sprint y Súper.
Un éxito que se repitió posteriormente, en 1954, con el Giulietta, la novia de Italia, diseñado por Bertone y en 1962 con el Giulia, que batiría récords con 570.000 unidades vendidas y que estrenaría innovaciones de seguridad hoy omnipresentes, como la estructura portante de deformación programada.
En los años 60, Alfa Romeo ganó fama internacional gracias a sus descapotables como el Giuletta Spider, presente en películas de Fellini o Antonioni y, sobre todo, el Alfa Romeo Duetto que, con sus prestaciones emocionantes y su placer de conducir sofisticado fue el favorito de grandes estrellas como Steve McQueen, Dustin Hoffmann o Muhammad Ali. Se mantuvo en el catálogo de la marca durante nada menos que 28 años.
Innovación y potenciaEsta década fue también la de la experimentación audaz, con vehículos como el Carabo, el Stradale, con sus puertas-élitro, y el Alfa Romeo Montreal, presentado en la Exposición Universal de 1967 con tanto éxito que se desarrolló un modelo de serie desde 1970.
En 1972 se lanzó el AlfaSud, primer automóvil de tracción delantera en la historia de la marca y todo un récord de ventas, con 900.925 unidades matriculadas en todo el mundo.
En 1997, el 156 se alzó con el prestigioso galardón al Coche del Año en Europa gracias a su propuesta que incidía en las grandes líneas del ADN alfista: fuerza, innovación y clasicismo. Con una gama de colores audaces como el Montreal, incorporaba novedades técnicas que inauguraban un nuevo concepto de deportivo, con la potencia, la ligereza y el control propios de Alfa Romeo.
Actualmente, la marca lleva su filosofía a un nuevo segmento tradicionalmente alejado de los deportivos, las berlinas y los coupés: los SUV, con los Stelvio y Tonale, que tienen todo el dinamismo estilístico, la elegancia y las prestaciones que caracterizan a la marca. El Tonale, además, da los primeros pasos hacia la electrificación total, con versiones PHEV y MHEV.