COAG ha alertado sobre la delicada situación de los productores de carne de conejo españoles. La brutal subida de los principales costes de producción (gas, electricidad y piensos, principalmente) ha acelerado el proceso de desmantelamiento del sector cunícola. En 2021, los datos oficiales del REGA (Registro General de Explotaciones Ganaderas, perteneciente al Ministerio de Agricultura) recogían un censo de 3.355 instalaciones de estas características; en 2022 esa cifra es 1.550, un 54% menos.

«Somos conscientes de que todos los sectores están sufriendo la crisis energética y la inflación, pero en el sector cunícola se agrava la situación porque somos un sector muy debilitado desde hace años. No podemos repercutir todo el incremento de costes en el precio final y eso nos ha llevado a economías muy débiles y de subsistencia. La situación es dramática en muchos casos, granjas llenas de conejos que tienen que cerrar porque no pueden pagar las facturas de electricidad y gas», lamentó José Luis Santaclara, responsable del sector cunícola de COAG.

Ante esta situación, desde la organización agraria se reclama al Ministerio de Agricultura y a las comunidades autónomas un plan de rescate urgente que contemple un paquete de ayudas directas que inyecten liquidez en las explotaciones para poder afrontar el pago a proveedores. Además, solicitan una moratoria en el pago de las facturas de energía y en el pago de las deudas durante el periodo que dure esta crisis, así como reducciones fiscales en el gas y la electricidad.

Asimismo, desde COAG avisan de que es urgente que la Agencia de Información y Control alimentarios (AICA) refuerce las inspecciones en el sector para velar por el estricto cumplimiento de la Ley de Cadena. Los precios pagados a los ganaderos durante la última semana (2,55-2,60/kg) se sitúan una vez más por debajo de los costes de producción (2,75-2,80/kg).