Tras el primer amago de traslado en la tarde de hoy se materializaba lo que parece, al menos en principio, el traslado definitivo de estos servicios turísticos a lo que será su ubicación definitiva. Tres años después, pandemia de por medio, los viajeros que deseen usar alguno de ambos medios para realizar una ruta por la ciudad tendrán que acudir al entorno del Corralillo de San Miguel.

La notificación para el traslado se habría producido a primera hora de la tarde, cuando dos patrullas de la Policía Local habrían ayudado al traslado tanto de la taquilla móvil como del resto de señalización necesaria. Por parte de los miembros de ambas empresas, el traslado no les deja del todo contentos, ya que el lugar parece no reunir del todo las necesidades tanto por la ubicación "alejada de Zocodover" como con elementos de mobiliario urbano, que al parecer obstaculizan el recorrido del tren turístico desde su nuevo punto de inicio.

Otro de los puntos que no termina de convencer a los proveedores de estos servicios es el alto número de autobuses urbanos que realizan su parada en este entorno, que al menos en las primeras horas, ha causado bastantes dificultades en el estacionamiento del autobús urbano así como a la hora de maniobrar el tren.

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En un primer momento, el traslado de la parada y de la taquilla móvil de la plaza de Zocodover a la cuesta de Carlos V provocó las quejas de la asociación de vecinos 'Iniciativa Ciudadana del Casco histórico' y del sindicato Comisiones Obreras, debido a la estrechez de la acera de la calle y la gran afluencia de turistas que hacen uso de estos servicios para conocer la ciudad. Las largas colas de turistas que se forman provocan que algunos peatones circulen por la calzada, generándose en ocasiones situaciones de inseguridad vial. Además, los auriculares que desechan los usuarios del trenecito nada más acabar el viaje genera también problemas de suciedad en el entorno del Alcázar.