La odisea de volver a casa

María Albilla (SPC)-EFE
-

Igual que Atenea quiso que Ulises regresara a su hogar tras años cautivo en la isla de Calipso, puede que también desee que los mármoles del Partenón griego retornen a su friso. Esta vez casi lo consigue. Pero solo casi...

La pugna por las esculturas del Partenón griego con Londres es histórica. - Foto: Agencias

Contrasta ver la desnudez del frontón del Partenón de Atenas con las pobladas salas del Museo Británico de Londres, en el que centenares de figuras apolíneas se dejan admirar fuera del que debiera ser su marco, el desnudo frontón del Partenón ateniense. No son los únicos mármoles que están fuera de lugar. La misma institución alberga unos 75 metros de los que debieran adornar el friso del templo llamado a consagrar a la protectora de la capital griega, Atenea Pártenos. Estos restos han sido objeto de disputa política durante el siglo XIX y lo son todavía hoy. 

Hace apenas unas semanas se supo que el British Museum y las autoridades helenas habían iniciado por primera vez contactos para la supuesta devolución de los mármoles de Elgin. En concreto se habló de algún tipo de intercambio que, sin embargo, saltó por los aires en apenas unos días de negociación. «Devolver los mármoles a Grecia sería como abrir la caja de Pandora y emprenderíamos un camino peligroso que pondría en cuestión el contenido de nuestros museos», zanjó la secretaria de Cultura británica, Michelle Donelean, pese a que el museo había reconocido oficialmente «progresos» para intentar solventar el eterno contencioso cultural.

¿Habrá nuevas conversaciones? ¿Verá Grecia reconocida su propiedad sobre el arte expoliado hace más de dos siglos? ¿Llegará Ulises a Ítaca? Por el momento, no hay nociones que apunten a ello. Pero este problema alcanza a más países.

El proceso de descolonización de los museos con la restitución de las obras de arte a sus lugares originarios tiene una trayectoria desigual, con declaraciones de intenciones por parte de algunos Estados europeos y de los diferentes Gobiernos de África y América, que piden su devolución. Egipto, Perú o México, del lado de los que reclaman sus bienes, y el Reino Unido, Francia, Alemania, Austria, Portugal e Italia, cuyos museos albergan muchos de estos objetos culturales del colonialismo, afrontan este proyecto de diferente forma.

Egipto

Las autoridades llevan décadas solicitando que miles de antigüedades sean devueltas -cerca de un siglo en el caso del busto de Nefertiti- y Egipto incluso cuenta con un Departamento de Repatriación de Antigüedades.

El Gobierno asegura que en el pasado lustro recuperó más de 30.000 piezas, si bien muchas son monedas que las autoridades contabilizan individualmente.

Perú

Perú mantiene una postura conciliadora y negociadora ante la presencia de piezas del patrimonio nacional en el extranjero y en, los últimos años, ha suscrito varios acuerdos y convenios bilaterales de protección de ese patrimonio, entre ellos con Estados Unidos y Chile.

Esto permitió que piezas prehispánicas como Sol de Echenique, que es el símbolo de Cuzco, volviera al país en junio del año pasado, tras haber sido entregada por el Museo Nacional del Indígena Americano del Smithsonian, en Washington. El regreso más sonado se produjo en 2011, con motivo del centenario de la llegada a Machu Picchu del explorador norteamericano Hiram Bingham. La Universidad de Yale envió hasta tres lotes con 4.849 bienes. 

México

Con Andrés Manuel López Obrador, el Gobierno mexicano ha recuperado unas 9.000 piezas que considera patrimonio nacional, en su mayoría de la época prehispánica.

Aunque no siempre con éxito, el Ejecutivo ha combatido subastas en ciudades como Nueva York, París y Roma en las que aparecen objetos robados o que pertenecen al patrimonio de México y ha intensificado demandas ante Estados extranjeros para recuperar piezas arqueológicas y artísticas.

Austria

En este país, la principal polémica se refiere al penacho que la leyenda cuenta que perteneció a Moctezuma, propiedad del Estado austríaco y conservado en un museo de Viena, y cuya devolución reclama México.

Austria argumenta que cualquier traslado supone un considerable riesgo y que podría dañar una pieza cuyo estado es frágil.

Reino Unido

El mayor compromiso concreto a gran escala de un museo británico de cara a la descolonización de su colección ha sido el del Museo Horniman, en el sureste de Londres, que ha iniciado la devolución a Nigeria de 72 piezas, sobre todo de bronce, del antiguo reino africano de Benín y que fueron expoliadas por el Ejército británico en 1897.

El Museo Británico tiene unas 900 piezas de la misma colección arqueológica y, de momento, no ha especificado si las devolverá -como sí han hecho otras instituciones del Reino Unido y el mundo-, si bien, a diferencia del Horniman, está sometido a ciertas restricciones legales.

Francia

El presidente Emmanuel Macron fue pionero al prometer en 2017, durante una visita a Burkina Faso, que su país haría de la devolución temporal o definitiva de las colecciones de arte africano -cifradas en cerca de 100.000 artículos, la mayoría expoliados durante el periodo colonial- una prioridad.

Desde entonces, París ha protagonizado simbólicas restituciones como la devolución a Benín, en 2021, de 26 obras del tesoro real del antiguo reino de Dahomey (situado en la actual ciudad de Abomey y conocido por su ejército de mujeres soldado), el sable del soberano El Hadj Umar Tall a Senegal en 2020 o el préstamo de la corona de Ranavalona III a Madagascar desde ese mismo año.

Alemania

Los museos alemanes se enfrentan a la restitución de aproximadamente un millar de piezas expoliadas durante la época colonial y que se encuentran repartidas por una veintena de museos alemanes, según datos recientes de la Fundación de Patrimonio Cultural Prusiano (SPK).

Este proceso avanza con lentitud, pues requiere un estudio exhaustivo de los fondos de los museos, el esclarecimiento de cuestiones legales, y, en última instancia, negociaciones diplomáticas con los países que reclaman las piezas.

Portugal

El Gobierno socialista de Portugal, donde el debate sobre la devolución de arte de la colonización ha sido muy reducido hasta la fecha, ha anunciado recientemente que va a crear un inventario del patrimonio cultural que haya en el país con origen en las excolonias y que se podría plantear una «eventual devolución» si fuera necesario.

El Ministerio de Cultura luso es la cartera que gestionará todo este proceso, pero ha informado de que se realizará con mucha «discreción» y evitando un «debate público polarizado».

Italia

Este país es muy claro y no se plantea actualmente la descolonización de sus muchos museos, pese a que algunos cuentan con colecciones enriquecidas con arte de otras culturas, sobre todo de África, donde hasta la II Guerra Mundial el país extendió sus pretensiones «imperiales».

Por ejemplo, en Turín está desde 1824 el museo egipcio más antiguo del mundo y el más importante después del de El Cairo, mientras que los Museos Vaticanos custodian cerca de 80.000 piezas de culturas de todo el planeta. Por supuesto hay una amplia gama de obras procedentes de la América precolombina.

Esto no es óbice para que Roma devuelva de vez en cuando piezas artísticas extranjeras, como ya sucedió con el fragmento Fagan, un pedazo del friso occidental del Partenón que, en enero del año pasado, regresó a Atenas desde la ciudad siciliana de Palermo, donde estuvo más de dos siglos.

España

El Gobierno advierte de que una cosa es «descolonializar museos» y otra actualizar los discursos museísticos y hacer una lectura conjunta de la historia pasada, como se acordó en la reunión Ibermuseos de septiembre en México.

«Nosotros no descolonizamos, pero sí queremos estrechar más nuestros lazos con los países latinoamericanos desde el respeto y la igualdad, buscando la fraternidad», explican, intentando que en los museos «se presente una visión global y diversa».