En una polémica que no debería haber existido y que la Asociación de Vecinos 'El Tajo' y Edgar Martín-Blas dan ya por zanjada. Recientemente, malas interpretaciones y algunos artículos en prensa (Martín-Blas ha agradecido a este diario su lectura más correcta) han llevado a varios vecinos del Polígono a enfadarse con el informático por la visión que entienden que está dando del barrio, un «barrio cochambroso». Nada más lejos de la realidad, apunta Martín-Blas. Tan solo menciona de pasada en su libro la experiencia personal en el Bloque A de 1982. Cierto es que entonces había droga, suciedad y ratas, y que había alrededor descampados. Pero eso se terminó solucionando, lógicamente, y le sirvió a él, como a tantos otros, de experiencia en la vida.
El informático, convencido de que «no hay polémica ninguna» acudió a la Asociación de Vecinos a la que ha pertenecido su familia toda la vida con unas gafas de realidad virtual, para explicar en qué consiste el metaverso y mostrar «la grandeza del mundo que se está creando». Al fin y al cabo, al margen de anécdotas, insistió, su libro trata de eso y no de otra cosa. Además, dejó un ejemplar del mismo en la sede, para quien lo quiera consultar en persona y no se lo quiera comprar «y entienda que nada tiene que ver con una crítica social».
Así se pueden evitar malas interpretaciones. Porque Martín-Blas y la Asociación coincidieron en que la polémica, motivo de conversación estos días en las calles y los bares del barrio, pueden venir de una mala interpretación de sus palabras por parte de un medio de tirada nacional en busca del sensacionalismo, «pero no puedo controlar mil entrevistas que hago cada semana».
Ambas partes compartieron anécdotas de la vida en 'Las Malvinas', presente y pasada, «porque las vivencias que yo tuve en aquel momento no son mentira, y también hay anécdotas muy divertidas de aquella época». Y todo aquello, insistió, le ha servido para desarrollar una intuición y una falta de miedo que lo ha llevado a ser uno de los pioneros del metaverso.
El micromundo del Bloque A. Pero aquello fue hace tiempo. Ahora la zona ha cambiado, y mucho. Otro error ha sido interpretar que en las palabras de Martín-Blas se referían a todo el Polígono, «le he insistido a la editorial en que tienen que poner 'Malvinas', bloque A. Porque en otros bloques las vivencias serían diferentes, pero yo la que tuve fue esa». «No veo la polémica porque 'Las Malvinas' eran así en mi mundo, igual dos bloques más para allá ya no lo eran», apunta. Son micromundos dentro de otros micromundos. «Pero no podemos negar que los problemas existieron y afortunadamente, después todo mejoró, pero allí había ratas, y también droga, por eso se tapiaron los soportales».
Cada uno tendría sus anécdotas, Martín-Blas cuenta las suyas, pero no para criticar a nadie, sino dentro de «un aprendizaje muy intenso, que luego me forjó la personalidad». Esto le ha servido finalmente para que antiguos vecinos contactaran con él e incluso le contaran más anécdotas. ¿Por qué había orines en los techos de los soportales? Porque las ratas estaban en el falso techo.