El pasado verano, la Inspección de Trabajo dio instrucciones a los sindicatos para que las denuncias relacionadas con el estrés térmico lo detallaran específicamente, para darle prioridad sobre otras. Este año, a falta de esta comunicación, parece que el trabajo está siendo el mismo y las denuncias por riesgo de calor están teniendo prioridad.
Un ejemplo de problemas en este sentido ha sido la denuncia presentada por CCOO en la Inspección contra la subcontrata de FCC para Iberdrola relativa al mantenimiento en alta y mediana tensión y reparar averías. El sindicato solicitó que los empleados de la subcontrata tuvieran la jornada de siete a tres y un kit para evitar problemas. A la postre, la empresa ha accedido, sin necesidad de que se pronunciara la Inspección.
No está siendo la única que está tomando medidas similares, apuntan desde CCOOy UGT, que están insistiendo para que así sea. Sobre todo las empresas de construcción, y las que tienen empleados en la calle, están adaptando sus horarios. «Dada la actual crisis de cambio climático que venimos padeciendo, que deriva en estas horas de calor tan pronunciadas, pedimos que en los centros de trabajo se establezcan protocolos en materia de estrés térmico», explica el secretario de Organización y Salud Laboral de UGT en Castilla-La Mancha, Javier Flores. Este sindicato ha hecho su campaña en prevención de golpes de calor este verano «y sí que estamos viendo que determinadas empresas, está siguiendo nuestras indicaciones y están adaptando la jornada de trabajo, con el fin de evitar las horas centrales del día, que son en las que más aprieta el sol. Empresas de la construcción ya han adaptado su jornada y están trabajando hasta las dos y media o tres». Así lo ha hecho, incluso, una compañía manufacturera del corcho, que habitualmente tenía jornada partida. «Las empresas, que son las que tienen la capacidad de organizar el trabajo, están siendo conscientes de que verdaderamente existe un problema con los golpes de calor», apunta. Quizás el reciente fallecimiento de un trabajador de la limpieza en Madrid haya abierto también los ojos a muchos, además del trabajo sindical insistente.
En el mismo sentido del horario, Flores recuerda a las empresas que también pueden hacer uso de la distribución irregular del trabajo, es decir, que en verano los trabajadores tengan menos horas y luego las recuperen en invierno. Tradicionalmente, muchos empresarios se negaban a hacerlo porque decían que la mayor parte de sus trabajadores son temporales. Pero tras la reforma laboral, ahora más de la mitad de los contratos son indefinidos, que lo que facilita esta distribución irregular.
A partir de ahí, apunta Flores, el objetivo de UGT es introducir medidas contra los golpes de calor en los convenios colectivos. Hasta ahora, solo en algunos, como los del Campo de Andalucía y Extremadura, se han recogido recomendaciones a los empresarios para que dote y actúe como crea conveniente. El sindicato espera que esas recomendaciones se vayan incluyendo poco a poco como obligaciones en todos los convenios.
Desde CCOO, su secretaria provincial de Acción Sindical y Salud Laboral, Nuria Garrido, insiste en el cumplimiento de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, que muchas empresas siguen sin hacer. Estos meses, recuerda, «volvemos a vivir episodios de temperaturas muy por encima de lo habitual, que suponen un riesgo extremo de golpe de calor, que puede conllevar la muerte». Los trabajadores expuestos a estas condiciones de estrés térmico, mayoritariamente se encuentran en el exterior, al aire libre, pero no hay que olvidar los lugares de trabajo cerrados.
Como medidas preventivas, CCOO Toledo propone organizar el trabajo de modo que se reduzca el tiempo o la intensidad de la exposición; establecer pausas, para una adecuada recuperación térmica; facilitar a los trabajadores espacios de trabajo no expuestos al calor, igual que facilitarles agua fresca; proporcionar ropa de trabajo ligera, adecuada a las altas temperaturas; y prohibir trabajos en solitario.
Además, Garrido recuerda que se debe dar formación a todos los trabajadores y responsables de la empresa, sobre los riesgos y las medidas preventivas a cumplir. El sindicato, avisa, no cederá en su obligación de denunciar todos los incumplimientos en materia de salud laboral a todas aquellas empresas donde no se responsabilicen de velar por la seguridad y salud de sus trabajadores. También pide a los gobiernos que doten de más medios a las Administraciones Públicas. Se necesitan más Inspectores de Trabajo y Técnicos de Prevención en la Junta, para poner el foco en la prevención.
El ejemplo de Tagus. Una de estas empresas que se ha adaptado al horario continuo y reducido en horario estival es Tagus, la concesionaria de aguas en la ciudad, que también debe desarrollar obras y zanjas como parte de su actuación. Estos meses, su empleados trabajan siete horas de lunes a jueves y seis los viernes. No es una medida nueva, apunta su gerente, Luis Soto, sino que se viene desarrollando desde hace algunos veranos, y siempre en consenso con los responsables de los trabajadores.
Por lo tanto, los empleados de Tagus que realizan su labor en vía pública entran de forma anticipada para evitar horas de mayor calor de siete y media a dos y media de la mañana, una y media los viernes. Además, la empresa ha puesto a su disposición un equipo de protección contra el calor, que contiene gorras y ropa de trabajo transpirable y adecuada a las altas temperaturas. A eso se une el uso de carpas portátiles para realización de trabajos prolongados con exposición al sol.
Además de estas medidas, Tagus ha trasladado recomendaciones a sus trabajadores, como son evitar en la medida de lo posible la exposición directa, cubrirse con gorras y ropa, carpas, mantenerse hidratado o utilizar protección solar.