Los negocios de 'Luz del Tajo' piden rebajas en el alquiler

M.G
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Algunos establecimientos ven necesario que se recalculen los arrendamientos este mes porque es la segunda vez que los negocios cierran, una debido al temporal y otra por las restricciones sanitarias

La nieve derriba las lonetas de Luz del Tajo

Prácticamente vacío y con la única compañía del supermercado Eroski, la óptica y la farmacia, los únicos tres establecimientos que abrieron ayer con puntualidad porque su actividad escapa al decreto de medidas sanitarias que ha emitido el Gobierno regional para continuar luchando contra la pandemia. Días más tarde de que la ciudad entrara en nivel tres, que se acompaña con bastantes medidas restrictivas, Sanidad se ha visto obligada a endurecerlas ante el avance de contagios y la presión hospitalaria, con lo que se ha obligado al cierre de los centros comerciales, salvo los establecimientos de alimentación y los considerados de primera necesidad.

‘Luz del Tajo’ amaneció ayer con casi todos los negocios cerrados, aunque algunos propietarios y trabajadores acudieron para realizar tareas internas a falta de actividad. «Espero que podamos abrir pronto», relató Ricardo, dueño de la tienda ‘Decoart’ a La Tribuna a media mañana. Conserva cierto optimismo a pesar de que es la segunda vez que tiene que echar en cierre desde el pasado 8 de enero, primero por la nevada y sus consecuencias y ahora por las medidas sanitarias.

Si bien, se pregunta si el Gobierno regional facilitará algún tipo de ayudas para los negocios que no pueden abrir en un periodo de venta importante, las rebajas del mes de enero, y estudia la posibilidad de pedir una rebaja del alquiler a la dirección del centro comercial por la imposibilidad de abrir, dado que no se sabe cuánto durarán las restricciones sanitarias. No es la primera vez que lo hace, ya que tuvo que llegar a un acuerdo una vez finalizó el confinamiento de la primavera pasada y finalmente obtuvo una rebaja del 50% del alquiler los meses que mantuvo el negocio cerrado y la posibilidad de ir pagando con comodidad a lo largo de los meses, como ocurrió con otros muchos establecimientos de ‘Luz del Tajo’ debido a las circunstancias.

Ricardo confiesa que su negocio no ha ido «nada mal» en diciembre, con mayores ventas que otros años aunque no se hayan concentrado en el periodo navideño. «La gente sale menos, se queda más en casa y ya no les gusta los cuadros que tienen», apunta, con lo que se acercan a ‘Decoart’ para dar un nuevo aire en sus domicilios. Además, también ofrece numerosos productos relacionados con  las bellas artes y dispone de mayor clientela porque hay más tiempo para pintar y para dedicarse a ello.

Desde Taiga también ven un importante inconveniente en cerrar el negocio en estos momentos a pesar de que la librería no dispone de periodo de rebajas. «Suele venir mucha gente después de Navidades y se pasa por aquí», apunta uno de sus empleados, que subraya que la librería «aún no ha arrancado este año». Entiende necesario también que la dirección del centro comercial se ponga en contacto con los distintos establecimientos para tratar la problemática de los alquileres.

Según comentan algunos de los comerciantes, este tipo de cuestiones económicas se tratan y se negocian de manera individual porque la dirección del centro comercial «no ve bien» que se realicen demandas colectivas.

Otros negocios de las tres plantas de este centro comercial opinan de la misma manera, puesto que deben hacer frente a la falta de venta por las restricciones marcadas por el Gobierno regional, en principio, diez días pero pueden ser prorrogables en función del comportamiento de la epidemia.

malas condiciones. El temporal de nieve y de frío también ha añadido dificultades extra en los establecimientos que abrieron sus puertas el miércoles 13 de enero, una vez que estuvieron limpios los accesos del centro comercial. En este caso, desde ‘Decoart’ se apunta que la vuelta a la actividad «se realizó en muy malas condiciones, porque la mayoría de negocios se quedó sin agua por congelación o rotura de tuberías, con lo que los negocios tuvieron que sufrir «muchas incomodidades» para mantenerse abiertos salvo alguno, como el de Ricardo, que no tuvo problemas.