Emprender una aventura empresarial siempre supone el comienzo de una historia. Materializar algo que previamente ha sido una ilusión y que se plasma en una iniciativa en la que se vuelcan todos los esfuerzos, y parte de los ahorros, para desarrollar un proyecto que se convierte en forma de vida, es todo un reto tan lleno de obstáculos como de ilusión.
Es el caso de EcoGranja La Pradera. Una iniciativa empresarial familiar que comenzó en marzo de 2020 cuando el matrimonio González Sánchez, dejó Venezuela para volver a la tierra de sus padres y arrancar con la granja «quince días antes del comienzo de la pandemia», tal y como explica Enedina González, hija de los fundadores. A base de ilusión y esfuerzo han podido sacar adelante este proyecto que les ha valido para ser reconocidos en la III edición de los Premios BBVA a los Mejores Productores Sostenibles. Un premio que «fue una muy grata sorpresa», explica Enedina, que añade que se encuentran «muy agradecidos» ya que coincidió con un momento que supuso un reto para los productores primarios puesto que se enfrentaban al incremento de los costes de las materias primas y la inflación. «Los costes crecieron un 30%», porcentaje que asegura no ha repercutido a sus clientes ya que implicaba «salir de mercado».
Una situación la vivida que define como «de mucho estrés y preocupación». Sin embargo, este reconocimiento «tan importante» les hizo «seguir creyendo» y les dio fuerza para poder continuar», en una actividad que, aunque cuenta con la implicación de Enedina y sus hermanos Julián y Ondina, y su cuñada Mariela González, son sus padres Consuelo y Jesús Manuel «los que día a día están al frente de la producción».
La producción de Ecogranja La Pradera se realiza de forma ecológica. - Foto: David PérezUn proyecto que comenzó con 600 gallinas ponedoras y que a día de hoy cuenta con más de 1.500 alimentadas con piensos naturales a base de cereal, con agua procedente de un pozo natural, y que conviven en espacios amplios para dormir y recrearse.
Producción ecológica que implica amplias extensiones de terreno en las que las gallinas brindan una producción de huevos frescos cien por cien ecológicos, «más sanos, con un nivel nutricional más alto».
Además de ello, ser sostenible se ha convertido en una «meta y razón de vida», por lo que EcoGranja La Pradera calcula y compensa la huella de carbono que genera para crear un sistema de producción ecológico, sostenible y neutralizar su emisión de CO2 a la atmósfera. Según Enedina, se trata de un tránsito hacia las cero emisiones que pretenden completar con la implantación de placas solares que permitan también el autoconsumo de energía eléctrica para, por ejemplo, recargar las baterías de la furgoneta eléctrica que tienen prevista adquirir para el reparto. Algo que ya es posible en sus repartos en Madrid, donde cuentan con una start up que distribuye los huevos con «emisiones 0». Además, esta granja ubicada en Orgaz compensa sus emisiones a través de #ECODES en el proyecto Conservación de la Amazonía en Madre de Dios en Perú – 3ª Fase, que trabaja en evitar la deforestación ilegal de esta gran superficie de selva tropicales.
En la misma línea, mediante un crowfunding, han promovido la plantación de 325 árboles de pistachos plantados inicialmente para garantizar la salud de las gallinas, proporcionándoles cobijo y porque evitan la llegada de otras especies de aves que pudieran contagiarlas de ciertas enfermedades. Esta iniciativa les permitirá también abrir una nueva línea de negocio sostenible para la granja cuando los árboles comiencen a dar frutos.
La sostenibilidad también abarca el bienestar social. Por este motivo, entre los objetivos de Ecogranja La Pradera está la contratación de personas en riesgo de exclusión, personas mayores de 50 años o con necesidades especiales para promover la inclusión y el desarrollo de la economía local. Esto implica una apuesta por la sostenibilidad en su conjunto, a través de un negocio vinculado a la proximidad y la economía circular para juntos crear oportunidades.